Las cámaras de la productora “Hechos Pelota” venían siguiendo el comportamiento de un niño de aproximadamente seis años que vivía intensamente cada jugada disputada por su querido equipo.
El menor pedía por favor a Claudio Correa que anote un gol y constantemente se quejaba porque su equipo no podía dar dos o tres pases seguidos: “Cominá (pasá el balón), por favor” y se preguntaba en guaraní cuándo iba anotar el albiverde.
Pero el momento cumbre de la noche en fue cuando Cerro Porteño anotó el segundo gol: el pequeño hizo una mueca, agachó la cabeza y se puso a llorar ante el aliento de su madre, que intentó consolarlo, pero no había caso.
Su decepción fue tan grande que no aguantó derramar lágrimas por su querido Rubio Ñu. La madre y otra aficionada alentaron al niño diciéndole que su equipo iba a meter un gol y él siguió creyéndolo, entonces se secó las lágrimas y volvió a mirar con mucha pasión el juego que finalmente culminó con victoria del Cerro Porteño por 2-0.