2014-05-24
Uno de los jugadores que estuvo viviendo su propio partido es
Xabi Alonso, quien se perdió el juego de la final por acumulación de tarjetas amarillas.
Alonso vivió cada jugada como un simple aficionado, pero la que lo sacó de sus casillas fue el gol que erró Gareth Bale.
El mediocampista se puso como loco, golpeó las butacas del estadio, gritó, se tapó la cara y se arrancó los pelos de la cabeza.
A su lado estaba el canterano Jesé Rodríguez, quien se nota un poco más sereno que Alonso que sin duda lo vive con más intensidad.