El 4-0 que la Bicolor le endosó a Belice fue corto, pues los nuestros dominaron el partido desde el arranque, pero las buenas intervenciones del portero rival ahogaron los gritos. Todo comenzó con el penal mal ejecutado por Cristian Cálix que hizo pensarse lo peor.
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Los cipotes de Carlos Tábora se mostraron sólidos en defensa. Moreira fue todo un señor en la zaga. Baptiste le dio equilibrio en el centro del campo y adelante, Villafranca convirtió en gol cuatro de las seis oportunidades que tuvo y fue suficiente para dejar a Honduras en la siguiente ronda, matemáticamente.
Los primeros minutos entre luces y sombras, Honduras puso a los beliceños en su sitio con buen fútbol, pero no fue suficiente porque faltaron los goles. Los palos salvaron al portero pues Carlos Mejía, Luis Palma y Baptiste probaron sus cañones y les faltó puntería.
Iniciando el segundo tiempo, Carlos Tábora había estudiado a Belice, sabía que lo tenía con la retaguardia desprotegida pero faltaba el jugador que “matara”. Hizo ingresar al delantero del Motagua, Josué Villafranca en lugar de Luis Palma y su efectividad se hizo de inmediato. Llegó y en las dos primeras jugadas avisó, la pelota en una se fue apenas desviada del poste.
Belice fue un equipo torpe, pegó, defendió en algunas ocasiones pero no sabían qué hacer con la pelota. Este fue punto a favor de Honduras que aprovechó con la buena ubicación de Villafranca en las acciones de gol porque en las cuatro que tuvo, la colocó con efectividad. La primera llegó a cerrar, en otra remató colocando la pelota y en otra definió como crack.
Ahora Honduras solo espera el siguiente partido de trámite, pues lo puede perder contra Dominica el viernes y nadie lo baja. Al estar en la siguiente ronda espera los otros primeros de cada grupo donde se colocarán en dos grupos de tres. Allí se jugarán dos partidos y los dos primeros colocados en cada eliminatoria se clasifican al Mundial de Polonia que se juega el próximo año.
