Con su hermano Fernando Lanza peleaban cuando eran niños, pero también pasó momentos inolvidables en sus comienzos en el fútbol, ya que fue su hermano mayor quien lo inició.
“Peleábamos, pero nos queremos como grandes hermanos, tenía una zurda envidiable con la mano, le pega con el pie derecho. Una vez que estábamos en el río me lanzó una piedra, con tan buena puntería que me la pegó en la ceja izquierda, fue desde unos cincuenta metros. Después venía llorando a la casa”, recordó.
Pero la cosa no paró allí, El Gato probó de nuevo su puntería y de nuevo hizo lo mismo.
“De allí en otra ocasión me tiró otra, pero esta vez me dio en la ceja derecha, tenía unazurda envidiable, je, je, je”, nos relató.
Al ser su hermano menor, le tocaba cuidarlo, pero un día se lo llevó al campo.
“él siempre le gustaba andar conmigo, él tenía nueve años cuando lo llevé a las reservas del Sauce y hablé con el dueño del equipo, don Marcio Castillo, para que le diera una oportunidad, como no sabíamos de qué jugaba, lo probamos en casi todas las posiciones y en ninguna funcionaba. Ya por último le dije a don Marcio, ‘pongámoslo de portero, tal vez allí da bola’. Y así fue, Ricardo se quedó en el marco para nunca salir”, confesó.
Cuando estaba en este equipo, Ricardo se puso furioso porque era la reserva del Vida, entonces su hermano se lo llevó a la de los jaibos.
“Después del Sauce me lo llevé a las reservas del Victoria que se llamaba 14 de Julio. Allí se consolidó y todo lo que logró es porque se lo ha ganado, nadie le regaló nada.
El Gato era tan rigioso que cuando yo jugaba en las ligas burocráticas, era capaz de cruzar la ciudad entera de lado a lado cuando lo invitaba a jugar, pero volaba como pájaro, estaba pequeño y jugaba con grandes, eso también le ayudó muchísimo”, dijo.
ésos fueron los inicios de este gran guardameta que espera tener la oportunidad de jugar el Mundial.
A LOS 12 AÑOS SE FUE AL VICTORIA
'“El asunto es que en las reservas del Victoria todos querían jugar, pero ‘traeme tus papeles’, le dije porque yo no podía ir allí siendo el Vida la competencia, decían que yo sonsaca jugadores y no era cierto, entró con 12 años a las reservas, fue de los que no pasó por la segunda división, porque en el equipo mayor se necesitaba un tercer portero y así llegó, lo entrené en la Sub-14 y 16, me involucré en la parte táctica, no tanto en la portería”, dijo Gil Rodríguez, su entrenador en las reservas.
“Mi hermano se hubiese rendido cuando no le encontrábamos un puesto, fue perseverante y eso le ayudó. A los 18 años, yo le rogaba a Ricardo Somma, quien trabajaba como preparador físico en el Victoria, que convenciera a Sambulá para que le diera una oportunidad, luego Sambulá se fue y Wilmer Cruz lo hizo debutar”, recordó Fernando Lanza, hermano mayor del cuidavallas.
EL GATO
Ricardo Canales nunca se imaginó que sería guardameta, mucho menos que atajaría para un equipo profesional, pero desde sus días de párvulo cuando correteaba en el kínder “Marcelino Ponce” de su barrio, se le despertó una incalculable afición por practicar el fútbol.
Con su hermano Fernando se la pasaba jugando hora tras hora y así fue tomando forma al que un día llegarían a llamarle “El Gato” Canales, pero para su familia siempre será “Cato” por aquella vez que se puso una camisa con la figura de un felino y que apenas podía pronunciar.
Ricardo era un niño tímido y muy callado, su madre, doña Irasema de Canales, no le extraña que su hijo se haya vuelto un jugador porque todos sus hermanos pasaron por las filas del Victoria.
“Es algo que ya traía en las venas, nosotros apoyamos desde varias décadas a este equipo, porque es una tradición”, dijo. El “Catito” ahora tiene su mundial.
SU PASADO
Canales es “jaibo” por tradición y por convicción, como bien lo apunta su familia. Todos sus tíos jugaron para el cuadro ceibeño y él no fue la excepción. Un día que estaba enojado le pidió a su mamá que lo sacara de las reservas del Vida y lo pasara al equipo 14 de Julio de la reserva jaibas.
VIDA
Su primera experiencia la tuvo a los 9 años en las reservas del Sauce, equipo que provee al Vida de jugadores para primera división.
SUELDO
No le fue tan mal como a otros jugadores, de entrada los jaibos le pagaron 4 mil lempiras una vez que profesional.
DT
El entrenador que le dio la oportunidad de jugar fue casualmente otro guardameta, Wilmer Cruz, ex Real España.
APODO
De pequeño le decían “Cato” porque Ricardo apenas podía decir la palabra gato, era el tierno de la casa y una tía le terminó poniendo el sobrenombre.
