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Duro testimonio de Franco Güity y la pesadilla que vivió en Arabia Saudita durante la pandemia

El delantero hondureño tuvo que permanecer solo encerrado durante tres meses y su equipo se olvidó por completo de él. Güity intentó venirse para el país y no logró concretar el vuelo humanitario.

2020-08-18

No todo es color de rosa para los jugadores hondureños que emprenden su camino al extranjero, ya que se corre el riesgo de vivir momentos duros. Durante este tiempo de confinamiento por la pandemia del coronavirus, Franco Güity, no la pasó nada bien y le contó a Diez esta pesadilla que vivió.

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El delantero hondureño fichó en enero de este año por el Al Nojoom de Arabia Saudita, pero durante esta emergencia mundial, su equipo no le prestó la atención que se merecía su futbolista y a tal punto que quiso venirse al país en un vuelo humanitario y no pudo lograrlo.

'Ha sido agridulce mi momento por acá porque al momento todo iba bien, pero se presentó lo de la pandemia y me tocó pasar momentos difíciles, pero eso le ha tocado todo el mundo y aún están en situaciones complicadas', comienza a contarnos el jugador.

Estando en familia o en grupo los problemas se tornan menos complicados, pero la distancia y la soledad le pusieron un panorama muy duro para el ex delantero de la UPNFM.

'En el caso mío fue bastante difícil, ya que estoy en un país donde vivo solo, todos mis compañeros se fueron para sus casas en el momento de la pandemia y yo quedé solo, encerrado en un hotel de dos a tres meses. Fueron bastante difíciles, donde yo siempre estaba hablando con Dios para que no me diera dolor o algo que se asemeje, ya que no tenía a nadie a quien acudir. Siempre estuve en constante comunicación con mi familia, pero ha sido el momento más amargo que he pasado aquí'.



Siendo directo, el jugador hondureño se pronunció ante su equipo de los mal que se habían portado con él. 'Ese ha sido bastante mi reproche con ellos porque a mí siempre me ha gustado que se me trate bien primero como persona y después como jugador. Yo hablé después con ellos y les dije que no me había gustado el trato, ya que sabían que estoy en un país donde no conozco a nadie y esperaba que estuvieran más pendiente de mí y mentiría si digo que el trato estuvo a la altura. Gracias a Dios siempre tuve comida, pero el respaldo de ellos (equipo) no, ni siquiera en un 30%'.

Y es que por más de tres meses, Franco Güity tuvo que estar encerrado en un hotel y tenía que velar por su salir y su propia alimentación, ya que el club se desentendió de él.

'En ese momento yo fui el que velé por mí, solo Dios y yo. Gracias a Dios no soy de las personas que necesitan muchas cosas para vivir, yo me las ingeniaba para comer, yo cocinaba mi comida. Gracias a Dios tengo una gasolinera cerca y tenía un super market para conseguir cosas pequeñas para uso personal, Yo esperé una cosa mejor de ellos (equipo), pero ellos ya saben que no estoy muy contento después de eso. Ahora veré qué es lo que pasa'.

Tan mal era la situación que estaba pasando el goleador que intentó retornar al país en un vuelo humanitario, pero tuvo tan mala fortuna que tampoco logró hacerlo.

'Yo estuve intentando regresarme (Honduras), hablé con Eddie (Hernández) y él estaba recibiendo el mismo trato al parecer y logró irse en un vuelo comunitario. Yo creo que solo estaban aceptando personas con familias y no pude colarme ahí. El respaldo del club fue nulo en ese momento. Antes de la pandemia, todo bien, pero en medio y cuando más necesitaba ese apoyo no lo sentí', contó.



Franco Güity acudió a la amistad de Eddie Hernández, quien en ese momento también estaba en Arabia, pero no tuvo la misma suerte para lograr el objetivo.

'Intentamos regresarnos juntos, él pudo irse con su familia y era desesperante la situación, el estar en un lugar que no conoces a nadie, no tienes a quien acudir y que el club no se preocupe por tí. En ese sentido es el lado malo de la experiencia, pero me quedo con lo bueno mejor'.

TENÍA QUE COCINAR SU PROPIA COMIDA

Lejos de casa las cosas no son iguales y el jugador lo ha vivido en carne propia, ya que en esta pandemia le ha tocado poner a prueba las enseñanzas de su madre en la parte de la cocina.

'La mayoría de la veces yo cocino pollo, mis pastas, arroz, son cosas que yo conozco y difícilmente te vas a poner a experimentar en un lugar donde le entiendes poco al idioma y no sabes lo que vas ingerir. Ante esa situación yo me iba a lo seguro: bananos, manzanas y a la hora de cocinar: papas cocidas, arroz, el pollo a la plancha y de vez en cuando se consigue pescado', cuenta.

Y añade: 'Gracias a Dios mi mamá desde niño me formó bien y supe hacer mi comida, para mí, ya que no me gusta que se quejen de lo que hago ja,ja,ja. Yo cocino lo que yo quiero. Otra persona que no pudiera cocinar la hubiera pasado peor'.



Güity nos confiesa que la alegría la volvió a retomar hasta que regresaron sus compañeros de club. 'Yo fui viendo la luz cuando fueron regresando mis compañeros uno por uno, ya la cosa fue cambiando y ya tenía con quien poder hablar un poco, también ir a otros lugares y buscar más comida. El super market no tenía variedad y después de tres meses con la misma cosa aburre'.

El atacante hondureño no pudo ocultar que extraña cierta comida hondureña. 'Aquí no hay cerdo, uno no puede comer chuleta, pero si podes comer baleada porque se consiguen los ingredientes y todo lo que se come en Honduras, se puede conseguir aquí'.

Y otras de las cosas que ha tenido irse acoplando es a la cultura africana. 'Aquí todos comen en grupo, nadie lo hace individual y yo siempre opto por comer separado, yo respeto su cultura y ellos la mía. No me gusta como comen ellos con los dedos y también lo hago diferente. Unas veces me les he unido, pero no es que me siento agusto'.

SE LAS HA INGENIADO PARA ENTENDER EL IDIOMA

Otra de las situaciones con las que ha tenido que hacerle frente es al idioma árabe, pero el atacante ha salido adelante con el apoyo de otros compañeros.

'Cuando llegué había una persona encargada para traducir, pero después le salió una mejor oferta y se fue. A mí me ha tocado solo y con un poco de inglés, también con lo que voy aprendiendo de ellos, lo básico. Hay dos africanos que hablan español y con ellos es más fácil la comunicación', cuenta Franco.

También asegura. 'Cuando llegué lo primero que hice fue saber cuanto vale una moneda saudí, cuánto es en lempiras y dólares. Un real saudí equivale a 6.6 lempiras y 2.75 en dólar y así saber qué es lo que está gastando'.

EN LA PARTE FUTBOLÍSTICA NO LE HA IDO MAL

Pese a las diferencias que puedan existir entre un país y otro, Franco Güity hace su propio análisis como ve marcado el fútbol de Arabia al hondureño.

'Es diferente, aquí son más tácticos y el de nosotros es más intenso. Aquí cuidan el balón, buena técnica y se usan trazos largos, pelotas al espacio y el nuestro es recio'.

A pesar de lo diferente que sean los estilos, el catracho se ha podido acoplar bien. 'Cuando me vine en enero me acoplé rapido, di asistencias, anoté goles, pero ahora el técnico que estaba no regresó después de la pandemia y con este no tengo la misma afinidad, pero estoy trabajando para estar en el nivel que estaba antes de la pandemia'.

Franco Güity y el Al Nojoom siguen luchando por salir de la zona del descenso.
'El equipo está en una posición incómoda en la tabla de posiciones, ungidos de puntos y faltan ocho fechas. Cuando llegué al equipo estaba en el último lugar y con siete puntos abajo del antepenúltimo, ahora somos cinco los involucrados'.

El futuro del delantero catracho no está definido y será hasta el final del torneo que se podría tener un rumbo más claro de lo que le puede esperar en extranjero o regresa al balompié nacional.

'Estoy hablando con mi representante y me dice que me concentre en los partidos que restan y que puertas se pueden abrir. En caso que no se dé, las puertas de mi casa en la UPNFM están abiertas y ojalá sea el club en el que me pueda retirar'.