Legionarios

Hijo de Emilio Izaguirre: 'Papá, ¿por qué en Honduras son tan malos?'

El pequeñín no para de llorar desde que conoció sobre el asesinato de Arnold Peralta.

2015-12-12

Eran las 3:00 de la madrugada y el celular de Emilio Izaguirre no paraba de vibrar, se encontraba descansando en un hotel de Turquía luego de haber enfrentado al Fenerbahçe por la Europa League.

El jugador del Celtic escocés finalmente agarró su teléfono móvil solo para romper su corazón al darse cuenta que “mi hermano ya no está”.

“El celular vibraba y vibraba, pensé ‘algo pasa’, ya que no es normal que me hablen así. Le contesté a mi mamá y ella me salió llorando. Cuando escuché eso (la muerte de Peralta) y vi las fotos, no lo podía creer, vivimos dos años en Glasgow, tuvimos recuerdos en la Selección, no tengo palabras para describir esto”, cuenta con la voz entrecortada Izaguirre.

La amistad se fortaleció hace dos años cuando Arnold Peralta jugaba para el Rangers, el rival del equipo de Emilio, el Celtic.

Uno lo hacía en la tercera división y el otro en primera. “Fue muy duro para mí, para la familia, para la gente de Glasgow que lo conoció, no tengo palabras en este momento para expresarme sobre lo que está pasando”, siguió lamentándose.

“Siento que es parte de la familia, él estaba conmigo cuando nació mi niña, además Milito, mi hijo, lo quería mucho”, expresa sobre el duro momento.

“Conmigo se llevaba bien, pero se llevaba mejor con mi hijo. Nos mirábamos casi a diario, yo iba a su casa y él iba a la mía. Platicábamos y luego se ponía a jugar con Milito. Yo le decía que parecía niño, que madurara, pero era una persona alegre, una linda persona”, cuenta sobre su relación con el lateral catracho. De hecho, era tanto el cariño, que pasaron las últimas dos navidades juntos.

Fue muy complicado para Emilio contarle a su hijo sobre el asesinato de su amigo. “Milito vio que su mamá (Virginia) estaba llorando, le preguntó por qué y la mamá le comentó. Cuando yo regresé a la casa estaba con lágrimas en los ojos y mi abrazó y me dijo ‘el alero’, así le decíamos, alerín o alero”.

De pronto, Milito lo abrazó con mucha fuerza y le hizo una pregunta: “¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué en Honduras son malas personas? No le hacía nada malo a nadie, jugaba con los niños”, consultaba llorando. “Es triste saber que a los 7 años los hijos sientan un dolor tan grande”.

STEVEN EL TAXISTA
En el sector donde vive Emilio Izaguirre están muy tristes. La noticia ha golpeado a Glasgow también. “Sobre todo, hay una persona que está muy dolida, un amigo suyo. Se llama Steven, no ha parado de llorar, mi esposa le contó y me mandó un mensaje para decirme que su corazón está roto”.

“Siempre me hablaba de Arnold, me decía que era un ‘good man’, él lo quería mucho y le tuvimos que dar esta noticia”, añadió.

“Todos mis compañeros me dieron el pésame, sabían que iba mal en el viaje de regreso de Turquía a Escocia. Perdí a un amigo, un hermano, un ser querido, él se ganó mi amistad y respeto”, nos comenta con tristeza. Emilio recordó que Arnold tenía “unas ganas tremendas de ir a un Mundial”.

De hecho, “estaba conmigo cuando el profe Luis Suárez le dijo que no iba al Mundial de Brasil. Lloró conmigo y le dije que tenía mi apoyo siempre. Hay que poner todo en las manos de Dios, seguir para adelante y darle fuerza a la familia”.

Emilio dice que no es nadie “para juzgar” pero “ya basta” de crímenes y “hay que poner todo en manos de Dios”. Y lo peor, para él, es que “nadie va a querer ir a nuestro país, van a decir que es peligroso”.