A pesar de que la iniciativa inicial la tuvo Motagua, Olimpia no deslució con su parado defensivo de 5 al fondo. Deybi Flores estuvo bastante participativo en rol de volante interior de generación, con responsabilidades de equilibrio y cobertura, las cuales cumplió a cabalidad durante el partido.
Mediante el orden de sus líneas, Olimpia pudo conseguir algunas pelotas paradas que no supo aprovechar, principalmente por un muy buen marcaje al hombre implementado por Motagua. La mayoría del flujo ofensivo surgió de la presencia de dos volantes interiores que daban fluidez y creaban asociaciones en cercanía para los albos.
El quiebre del compromiso llegó con la expulsión de Jonathan Paz. Manuel Keosseián modificó el parado táctico, siendo Hendry Thomas el más sacrificado al tener que retroceder. Olimpia perdió presencia creativa y de presión en el medio sector, aunque el mismo Flores seguía ejerciendo sus labores iniciales, acompañado de un volante más.
En el segundo tiempo, Olimpia trató de ser un equipo mucho más compacto y de líneas más juntas, al pasar a jugar con un claro 4-4-1 que buscaba equilibrio y reducir los riesgos de los espacios dejados. Jerry Bengtson quedó como el solitario jugador más adelantado.
En el último tercio del partido, Motagua decidió arriesgar, lo que a la postre le daría la posibilidad de anotar. Liberaron el medio sector y sumaron hombres por los costados. La posibilidad de apostar por el lateral en pasada sobre la espalda del volante, generó espacios para que Matías Galaviz apareciera como motor de juego.
El gol definitorio también llegó luego de un gran balón al espacio de Omar Elvir para Kevin Álvarez, quien desbordó y consiguió a Rubilio Castillo entre los centrales, pero sin marca. Así, la expulsión de Paz rompió un encuentro bastante parejo. A Motagua le costó, pero pudo conseguir el objetivo al atreverse a enfocar su juego por los costados.