Luis Álvarado, salvado por el fútbol de las garras del alcohol y las drogas

Ahora tiene un título universitario, ha sido maestro de primaria y está cursando el segundo nivel para graduarse de entrenador, así que pocos creerían que a Luis Alvarado el fútbol lo arrancó de las drogas y el alcohol.

La educación y el fútbol fueron la tabla de salvación para Alvarado, pues a los 19 años se matriculó en la Universidad Pedagógica Francisco Morazán y tomó al fútbol como una profesión.

Nueve años después de apartarse del alcohol, ha conseguido muchos logros: licenciado en educación física, primer nivel de entrenador, campeón de la Liga de Ascenso y ahora de Liga Nacional.

Algo cambió, cuando murieron algunos de sus amigos y él decidió modificar el rumbo que había tomado. “Yo bebía, fumaba y consumí drogas”, nos confiesa el profe del Honduras.

Luis supo que debía transformar su vida. “La mayoría están muertos por el entorno en el que crecí, que era la calle, bebidas... Gracias al fútbol soy lo que soy. Fumaba a los 12 y bebía a los 14. Por el balompié he conocido gente muy buena que me ha arropado”.

Las personas que lo conocieron en esa desordenada adolescencia, a veces dudan de lo que ahora es y le dicen: “No puedo creer que vos sos profesor y capitán del equipo”. “Es que gracias a Dios tuve la sabiduría para tomar las decisiones correctas”, afirmó.

Luis quisiera contar su experiencia a los jóvenes. “Espero el día de mañana llegar a cada colonia y hablarle con propiedad, decirles yo estuve ahí y ahora soy esto. Las experiencias tienen otro impacto cuando usted lo ha vivido”, dice.

TÉCNICO

Años después, aquel muchacho trasnochador luego se convirtió en licenciado en educación física, también fue maestro de educación primaria y secundaria. “Ya tengo algunas herramientas para sobrevivir después del retiro, todo orientado a la educación y el fútbol, que es lo que me fascina”, reflexiona.

Luego de conseguir la licenciatura, Luis ha emprendido la aventura de convertirse en técnico. Ya tiene el tercer nivel y va por el segundo.

“Es una de mis metas, ya con la licencia B puedo dirigir las reservas, porque esto no es de apresurarse, es de hacer pininos, de gatear, luego caminar, no tengo prisa por dirigir en Liga Nacional, quiero hacer mis primeros pasos en Ligas Menores”, dice.

Está aprendiendo de muchos técnicos y les sigue la pista. “A los que más estudio son Marcelo Bielsa, Pep Guardiola, quien piensa lo que dice, y Mourinho, que dice lo que piensa, esa contraparte me gusta. También a nivel nacional, hay que sacar lo mejor de Wilmer Cruz y Héctor Castellón”.

Quizás algún día aquel que levantó la copa junto a Jorge Zaldívar y Raimundo Cálix también se siente en el banquillo del Progreso a dirigir una final. No esconde que es una de sus metas. Quizás sus conocidos no lo crean, pero aquel chaval que vivía en el alcohol es ahora campeón de Honduras.