Liga Nacional

Mario Rubí: 'Dejaba de entrenar para irme a parrandear”

El ex jugador del Olimpia ahora trabaja en la Dirección Ejecutiva de Ingresos, DEI.

2013-03-27

En una mañana bastante soleada en Tegucigalpa y con muchas ganas de hablar de fútbol, Mario Rubí nos regaló una hora de su vida para contarnos de todo un poco.

La cita fue en una cancha de futbolito de la capital, donde él pasa mucho tiempo, está claro que su romance con la pelota aún no termina pese a sus 36 años de edad. Su mejor recuerdo fue cuando participó con la Selección Sub-20 en el Mundial de Qatar 95. Su nombre era coreado en el Nacional en aquel equipo conformado por cipotes como Amado Guevara, Wilmer Peralta, Orvin “El Pato” Cabrera, Ninrod Medina y Fabio Ulloa.

“El momento más bonito fue esa clasificación para el Mundial Sub-20 de Qatar. Fue aquí en Tegucigalpa y contra Canadá hice un gol, en ese tiempo la afición decía que yo era el mejor jugador de Honduras, la gente gritaba mi nombre en un estadio Nacional que estaba lleno, esas son cosas inolvidables. Solo de acordarme me da nostalgia”, comentó.

Pese a ser un jugador pequeño y delgado en aquel entonces, Mario Rubí tenía un futuro prometedor y la mirada de los directivos de varios equipos fue puesta sobre él.

Increíblemente su paso en este deporte fue muy corto, tuvo el privilegio de ponerse la camisa de Olimpia, donde debutó en el torneo de Copa ante Real Maya, esto fue en 1992.

“Llegar a Olimpia fue algo muy lindo, no tuve mucha participación por cuestiones de la vida, la fama me absorbió, me dediqué a otras cosas. Recuerdo que en el 94 jugué un partido completo ante Marathón el cual ganamos 2-1. En el 95 y 96 no tuve mucha participación y salí del club muy rápido”.

Desde los 14 años llegó al equipo merengue con uno de sus mejores amigos, Carlos Paez de Oliveira. “Tuvimos la dicha de debutar jóvenes, sabía que tenía la calidad para jugar en Olimpia, todo el mundo lo decía, jugaba poco, pese a eso lo disfruté. Ponerse la camisa de Olimpia es lo más lindo que he hecho”, contó.

SU MAYOR ERROR

Más allá de no haber aprovechado las mejores oportunidades en el fútbol, Mario fue muy sincero y nos confesó que hubo otras situaciones que perjudicaron totalmente su carrera como jugador.

La fama es algo difícil de controlar, después del Mundial de Qatar, su nombre era uno de los más sonados en los medios de comunicación y entre la afición catracha.

“Cuando te llega la fama, uno tiene dinero y se dedica a otras cosas, y no tienes la ayuda de personas que te digan que el fútbol es lo más importante, te afecta. En mi caso, hubo cuestiones que me afectaron mucho, dejaba de ir a entrenar y en la noche irme a parrandear, son situaciones de las que uno se arrepiente en la vida”, recuerda.

“Ahora con mi trabajo soy la persona más responsable que existe, siempre llego temprano y eso me ayudó mucho para llegar donde estoy”, destacó.

“Aunque no tengo lo que quise lograr en el fútbol, me hubiese gustado salir al exterior, el fútbol me enseñó muchas cosas, sobre todo a ser mejor persona. Ahora en el campo laboral sé que soy una persona que puede ayudar en la sociedad”, agregó.

Los rumores llegaron y todos hablaban que era el fin de la carrera de Mario Rubí, debido a sus decisiones fuera de las canchas.

“Como a varios de los jugadores jóvenes nos gustaba la vida nocturna, sí tomé y eso incidió, pero no fue tanto el alcohol que me afectó, sino el desvelo, me mataba y por eso no iba a entrenar”, confesó Rubí con mucha tristeza en su rostro.

EL FÚTBOL Y SU OFICINA

Decirle adiós al fútbol profesional fue uno de los momentos más duros para Mario Rubí, las oportunidades en el máximo nivel ya no llegaban y tenía que buscar otras salidas. “Llevo una vida siempre en el fútbol, pero jugando más para divertirme. Ahora trabajo en la Dirección Ejecutiva de Ingresos, DEI. Tengo un hijo, trabajo para él y vivo tranquilo con mi familia”, relata.

Mario labora como analista tributario en la DEI. Trabaja de lunes a viernes desde las 8:00 am hasta las cuatro de la tarde, pero en su tiempo libre busca la forma de jugar al fútbol. Es normal verlo fin de semana tras fin de semana en alguna cancha de ligas burocráticas o de fútbol rápido.

“Para mí, esta fue una transición muy difícil, porque dejé muchas cosas por el fútbol, en principio mis estudios y eso de volver a un trabajo de ocho horas fue complicado, me hacía falta el fútbol, sufrí mucho por haberlo dejado, pero son situaciones que la vida nos da. Uno cuando ve partidos de altos rendimientos quisiera estar ahí, pero la vida nos dio esto y hay que convivir con ello”, cuenta.

También está intentando finalizar su carrera de Contaduría Pública.

Rubí pudo ser uno de los mejores futbolistas hondureños en la historia. Tenía todo, pero cometió errores, aunque dice que le sirvió para convertirse en una mejor persona.