Bernárdez, quien lleva dos triunfos consecutivos con los escualos, acepta que a inicios pocos creían que él lograría ganarle a Real España y Olimpia.
¿Qué ha hecho para ganar dos juegos consecutivos?
Hemos puesto todo en manos de Dios, hemos hablado con los jugadores, me ha tocado pasar algunas cosas. Tengo una buena amistad con ellos, dialogamos muchos, así que eso ha sido parte del éxito de Platense en estos dos juegos.
¿Al final ha cumplido con la promesa de darle oportunidad a los jóvenes del equipo?
Conozco mucho la estructura de Platense, muchos jugadores que estuvieron en reserva jugaron conmigo, otros los hice debutar yo, así que confío mucho en ellos, también tenemos que ser pacientes y no meterlos a todos. Se le ha dado participación junto a gente de experiencia. Seguiremos apostando a los jóvenes, espero que la aprovechen, lo importante es que ellos saben que yo los respaldo, no importa si lo hacen bien o mal.
¿Qué le ha pedido a los muchachos?
Mi base ha sido cuidando el cero en los partidos: si nosotros no metemos gol, que ellos no nos meten, algo vamos a asegurar. Pero tengo fe que podemos mejorar por mientras mejoramos en el tema de confianza de los jugadores, quiero que el equipo maneje más el balón, porque a veces la agarra y es intermitente, quiero un equipo que entretenga, que juegue bien con la pelota para buscar grandes cosas.
¿Por lo que se nota, espera aún más del grupo?
No tengo duda que tenemos para más cosas. Si los jugadores cuidan su vida personal, si cada partido se entregan con todo, no tengo dudas que vamos para grandes cosas.
En los dos juegos iba como víctima, ahora el reto será asimilar el favoritismo en algunos juegos...
Esas cosas siempre se dan, antes de ir a Tegucigalpa yo le decía a los periodistas que les iba a cambiar ese chip, pero esto no termina ahí. Si nosotros hemos ganados dos juegos y perdemos el otro, no tiene sentido, de ahora en adelante tienen un compromiso más fuerte.
¿Qué le decía la gente antes de estos dos juegos en donde no se creía que los ganaría?
La gente pensaba eso, que ya estuvo, lo hizo regular, creemos que no es el técnico para el equipo, nos va hundir, son cosas normales. Ahora las cosas son diferentes, si no creemos volverán las críticas.
Se escuchó el rumor incluso de que le daban solo dos partidos...
Todo puede pasar, nosotros los entrenadores nacionales nos tiran una prueba de dos o tres partidos, eso solo suceden con nosotros, pero con los extranjeros no, aunque han habido buenos, yo puedo mencionar al profesor Alberto Romero y por ahí otros, lo digo por él porque trabajamos juntos, ganó un título, sacó buenos jugadores... Pero debemos cambiar la filosofía de confiar y creer en los entrenadores nacionales, como dice Wilmer Cruz, a nosotros nos quieren pagar menos, hay que sentar un procedente, cobrar como se debe porque no se vale que vengan extranjeros y ganan bien, no digo que no se valga, solo que nosotros también debemos ganarlo. Este es un mensaje para los directivos de los equipos...
Y lo secundan entrenadores como Castellón, Maradiaga, Umanzor y usted...
Si pueden ver cuántos extranjeros vinieron y cuántos están trabajando. Ahí está Ramón Maradiaga, quien por su trabajo fue contratado en El Salvador, quiere decir que hay de donde tomar manos, pero los directivos deben darse cuenta de eso. También deben darse cuenta que no nos deben botar a los dos o tres partidos y a los extranjeros les dan siete u ocho.
¿Se sienten marginados los entrenadores nacionales?
No marginados, porque uno ya es una persona grande, si uno se siente así es mejor desaparecer de la tierra. Lo que sí, es que deben confiar más en los técnicos nacionales.
¿Qué hace normalmente en un día a día para convencer a sus jugadores?
Empiezo a trabajar desde el primer día de la semana a doble horario, esto no es por castigo, si no porque nos hace falta trabajo y para conseguir mejorarlo solo lo lograremos trabajando. Por eso la gente ve que ellos se entregan con todo.
¿Y es cierto que le debe una sopa a David Mendoza?
Sí y lo voy a cumplir, me dijo que si ganábamos en Tegucigalpa le invitara a una sopa de caracol, con todo el gusto se le paga la sopa.