Liga Nacional

Juan Pablo Centeno Pitío dejó el alcohol y ahora le dedica su vida a Dios

El exseleccionado nacional y jugador del Marathón lleva una vida llena de sacrificios y muy ligada al Señor

2017-08-17

Luego de haber dado un giro radical a su vida dejando la bebida y buscando de Dios, el exmeta de la Selección de Honduras y de Marathón Juan Pablo Centeno Pitío alterna sus estudios de psicología con sus largos recorridos desde Tela hacia El Progreso para preparar a diario a los porteros del Honduras.


“Este es un esfuerzo que hay que hacer, tengo cuatro buenos porteros que merecen que uno se entusiasme, ellos hacen el esfuerzo también de venir a trabajar”, expone de entrada el excancerbero del Monstruo, Victoria, Petrotela, Atlético Olanchano, Real Patepluma y Platense.


Aparte de viajar más de una hora en transporte público, Centeno Pitío cuenta que “paso metido en los estudios, estudio psicología en la Universidad Cristiana, paso metido en las tareas; tengo mi familia, mis hijos a los que también debo dedicarles tiempo, un trabajo y a mis porteros, ver qué necesitan y cómo trabajarlos”, cuenta.


Con relación a los aspectos que potencia con sus pupilos, el exguardavallas dice que “trabajamos mucha velocidad y reacción, para que los porteros anden bien y puedan contrarrestar la velocidad de la pelota”. Acepta que “por momentos se vuelve tedioso porque hay que estar viajando, pero le doy gracias a Dios por todo lo que está pasando y sucede en nuestras vidas, me dio por estudiar psicología porque es la carrera que va con mi personalidad”.


Precisamente sobre estudiar el comportamiento del ser humano, Pitío explica que “lo hacemos porque va con mi personalidad, va a ser de mucha ayuda con el trabajo que realizamos, esperamos hacerlo lo mejor posible y seguirle siendo útil al fútbol”.


La convivencia que tiene en su entorno universitario es motivadora para uno de los hombres de confianza de Wilmer: “Eso me ayuda bastante, trato de separarme del fútbol y comparto con mis compañeros, me la paso bien con ellos y trato de llevarme con los licenciados, eso un poco te saca del fútbol y te ayuda a hacer más llevadera la vida”.


En cuanto a su complicidad con el “Supermán Cruz, menciona que “nos llevamos muy bien con el profe, en algún momento fuimos compañeros con el profe en la Selección, él sabe que nosotros generalmente no aceptamos excusas porque fuimos porteros, entonces eso los motiva a trabajar más duro para tratar de andar lo mejor posible”.


A ello agrega que su apoyo siempre será total hacia sus metas, ya que el hecho de “que el arquero entrene todos los días no lo hace inmune o exento de cometer errores, no hay portero que saque un juego perfecto, difícilmente lo saca; los errores siempre se dan, algunos otros no se notan demasiado porque se suelen contrarrestar”.

No tiene problema en venir a diario desde Tela
Pablo Centeno Pitío es un apasionado de los grandes sacrificios, sabe que son la única manera de conseguir los objetivos personales y profesionales. “Esto es el trabajo, venimos porque nos gusta, es un compromiso para mí, los muchachos lo necesitan, entonces lo tomamos con seriedad y responsabilidad el venir a realizar el trabajo”.
Su buena preparación confía que le sirva para allanar el camino de sus dirigidos: “Ya muchos entrenadores de porteros de nuestro país están haciendo lo mismo, periodizamos el trabajo y tratamos en la medida de los posible que el portero se sienta bien con su entrenamiento”, cierra.