Cuando no se miraba por dónde, apareció el genio del fútbol, Lionel Messi, que hizo estallar al planeta con el 1-0 de Argentina ante Australia por los octavos de final del Mundial de Qatar.
Luego de 34 toscos minutos en el Ahmad bin Ali Stadium, el 10 de la Albiceleste rompió el cerrojo con una jugada fortuita que él mismo inició.
Leo arrancó desde la banda y cedió a Alexis McAllister que se encontraba frontal al arco; el volante se frenó y le entregó al balón a Nicolás Otamendi que, dentro del área, recepcionó mal y terminó, prácticamente, asistiendo a Messi.
Como si de una jugada de básquetbol se tratase, el astro mundial tomó el balón suelto y tras un control orientado, tocó sutilmente la esférica que se coló entre las piernas del defensor australiano y dejó sin reacción al portero Mathew Ryan que de por sí tenía una vista nula.
Esta anotación significó la primera hecha por Lionel Messi en la segunda fase de una Copa del Mundo, pues a pesar que siempre disputó al menos los octavos de final, nunca había anotado en instancias cumbres.
De igual manera, fue su tercer tanto del artillero del PSG en cuatro partidos en el Mundial de Qatar, llegando a nueve en la competencia, por lo que está a una diana de igualar el máximo registro de un argentino que tiene Gabriel Batistuta.