Se trata de una nueva profecía que se hizo pública hace unos años que defiende la existencia de Nibiru y asegura que la catástrofe ocurriría en mayo del 2003, pero como nada sucedió volvieron a interpretarla por lo que se creyó que sería en diciembre del 2012.
Sin embargo, sumado a una interpretación de la Biblia, la destrucción del mundo sería el 23 de septiembre por una alineación de los planetas y constelaciones.
Según se señala en el Apocalipsis, Jesús vendrá por segunda ocasión a la Tierra, en una visita que ocurrirá cuando aparezca 'una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de 12 estrellas en su cabeza'.
El pasaje que se encuentra en el Nuevo Testamento apunta también a que habrá otra señal llamativa, como lo es un 'gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.
Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la Tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese'.
Curiosamente, la profecía también incluye a otro elemento, que echa por tierra toda hipótesis destructiva desde el punto de vista científico: La aparición del planeta X, conocido como Nibiru. Este cuerpo celeste chocaría con el nuestro y produciría el fin de los tiempos.