El espigado, oriundo de Sudán falleció en 2010 como consecuencia de una enfermedad renal. Sin embargo, su legado aún perdura en la memoria de los aficionados, que todavía recuerdan sus kilométricos brazos taponando, y en la figura de su hijo Bol, quien llama la atención del mundo del baloncesto.
El joven Bol Bol ya mide 2,08 con apenas 15 años y muchos expertos ven la posibilidad de que llegue a una altura similar a la de su célebre progenitor. Pero hay más.
Manute se caracterizó por su habilidad taponadora y su capacidad defensiva. Bol, además, ha añadido movimientos que hacen pensar en un futuro NBA mejor que el de su padre.
Bol ya ha dado qué hablar en los mentideros baloncestísticos estadounidenses y sus habilidades van más allá de su estatura o su capacidad para taponar los tiros del rival.
En eso se parece a su padre y, por tanto, va en los genes. Sin embargo, Bol ha demostrado una mayor habilidad con el balón en las manos, un buen lanzamiento exterior y una buena visión de juego.
'Todo el mundo da por hecho que voy a llegar, así que tengo toda la presión en mí', confiesa el adolescente que ya ha llamado la atención hasta del New York Times. 'Al principio el baloncesto no me gustaba porque mi padre siempre me presionaba para jugar. Ahora quiero terminar lo que él no pudo acabar'.
De momento parece pronto para hablar de un futuro NBA en un joven de apenas 15 años. Sin embargo, si las leyes de la genética y la evolución siguen su curso, el nuevo Bol será un nombre a tener en cuenta en seis u ocho años.