2015-08-24
En el
Mundial de Atletismo en Pekín no habra una cara de decepción como la que arrastraba este lunes la estadounidense
Molly Huddle al acabar la carrera de
10.000 metros.
Festejar el bronce conseguido era importante, pero antes debía cruzar la meta y se perdió en ese detalle y apenas unos segundos de cerrar la prueba, la corredora levantó los brazos, aminoró el ritmo y por su izquierda se le colocó su compatriota Emily Infeld sobre la misma línea.
Las dos esperando los resultados, junto a la veterana Shalane Flanagan, con los ojos puestos en el marcador.
Desconocían quién se había llevado la medalla y en cuanto apareció el éxito de Infeld y la escasísima distancia entre ambas, nueve centésimas, Huddle se vino abajo.
A la estadounidense se le olvidó felicitar a su compañera y descubrió una lección que ya nunca olvidará.