Plataforma reseñada: PlayStation 4
Cada año recibimos un Call of Duty por parte de Activision, que “rifa” entre sus estudios subsidiarios para la realización del juego. Este año, fue el turno de Sledgehammer Games, cuyo último juego trabajado fue Call of Duty WWII. En este caso, Call of Duty: Vanguard comete los mismos errores que Call of Duty: Black Ops Cold War y continúan sin superar a Call of Duty: Modern Warfare.
Vanguard estrenó el 5 de noviembre, y aunque ya habíamos tenido una beta disponible hace unas semanas atrás, el contenido completo del juego da un aire ligeramente diferente al título. Sin embargo, no es como si la beta no nos hubiera mostrado todo lo que el juego tenía para ofrecer en cuanto a jugabilidad, mostrándonos un multijugador desequilibrado, con un matchmaking desastroso y, en general, un modo de juego desastroso.
Así es como se presenta Call of Duty: Vanguard desde el momento en que iniciamos su multijugador en ese menú principal tan absurdo en el que Activision ha mezclado cuatro juegos. Está claro que ningún juego de la saga ha sabido superar lo que fue Modern Warfare en 2019, básicamente porque no se le ha encomendado a Infinity Ward la creación de otro Call of Duty desde entonces.
Visualmente, Vanguard es un desastre. No podríamos decir que es visualmente espectacular, o que brinda al jugador una sensación inmersiva de combates de la Segunda Guerra Mundial, cosa en la que han querido superar a juegos como Battlefield V, fracasando vergonzosamente. En un conjunto, los mapas y el diseño de niveles de Vanguard representan uno de los puntos más flojos de su multijugador.
Y es que los escenarios no se sienten realistas en lo absoluto. Call of Duty sigue sin haber leído cómo fue la Segunda Guerra Mundial, pues los errores históricos del juego (a pesar de que tanto presumen contar con historiadores como consultores para su equipo de escritores) que vimos desde los primeros tráileres son ahora aún más visibles cuando ya podemos probar el juego en su versión “completa”.
Desde que la beta del juego estuvo en línea, cientos de jugadores se quejaron de la terrible mezcla de sonido que el juego presentaba, así como de los pasos inaudibles de los enemigos, es decir, no se escuchaba si alguien estaba cerca, pues el sonido de las pisadas era inexistente. Ahora, y como si se tratara de una broma de mal gusto, Vanguard implementó el sonido de los pasos, de una forma en la que suena tan fuerte que opaca el resto del sonido.
Afortunadamente, Vanguard ha mejorado los tiempos de sus pantallas de carga, en comparación con Cold War, así como la velocidad de carga de las texturas del juego. Pero siguen sin verse demasiado pulidas. Call of Duty: Vanguard no es un juego —ni lo será jamás— del que pueda decirse que posee una calidad gráfica excelente, o un sonido espectacular, aspectos en los que ya Cold War falla, y Vanguard falla aún más.
Pero la mala calidad gráfica suele dejarse pasar cuando tenemos ante nosotros un juego entretenido con jugabilidad equilibrada, y en todo, un buen juego. De nuevo, este no es el caso, pues Vanguard cuenta con el peor multijugador hasta la fecha. Si bien es cierto que, en su lanzamiento, ningún juego está perfectamente balanceado, el caso de Vanguard es inaudito.
No solo porque las betas abiertas se hacen justamente para identificar defectos en la jugabilidad y corregirlos (cosa que fue hecha “a la carrera”), sino porque la cantidad de errores es demasiado grande. Y como cereza para el pastel, el juego ya ha sido invadido por hackers, que han hecho lo que han querido con el penoso sistema antitrampas Ricochet. Y cuando los hackers no son quienes frustran tus partidas, lo es el terrible matchmaking del juego, cosa que seguramente será reparada dentro de poco.
Existe un conflicto grandísimo con la eliminación de las facciones en el multijugador, donde ya no nos enfrentamos como Unión contra Coalición, u OTAN contra el Pacto de Varsovia, sino que ahora se trata de “Mi equipo” contra el “Equipo rival”. Todos los operadores están mezclados. Explico: en lugar de ser Aliados contra Nazis, han decidido que no quieren que los jugadores jueguen como Nazis, eliminándolos por completo de la fórmula y haciendo que simplemente sean dos equipos sin nombre peleando entre sí. ¿Se imaginan un juego de la Segunda Guerra Mundial sin nazis? Ah, que ya existe, es este.
Como dato adicional, no es sencillo silenciar a todos los jugadores, para aquellos que no desean escuchar a nadie durante la partida, pues los botones de “silenciar a todos” no funcionan, obligándonos a silenciar a los jugadores uno por uno, perdiendo tiempo valioso dentro de la partida.
Mientras DIEZ probaba la beta del juego, comentábamos del ofensivo indicador de lanzamiento de granada. Una curva visible que nos ayuda a decirnos donde caería la granada que lanzaríamos. Y como si hubieran escuchado nuestros comentarios, el indicador fue eliminado, dejando a los jugadores lanzar granadas a puro cálculo mental, como debería ser.
La personalización de armamento es el punto más fuerte de Vanguard, aunque la mayoría de sus armas automáticas están completamente desbalanceadas en comparación con sus demás armas, como los rifles de francotirador, incapaces de eliminar a un jugador de un solo disparo (similar al nerfeo de las escopetas en Cold War). Contamos con diez espacios para armamento personalizado, cosa que se agradece, así como podemos modificar nuestras armas cuanto queramos, con diez espacios para accesorios.
Y es momento de hablar de su Modo Zombis, si es que podemos llamarlo así, pues de momento solo cuenta con un solo modo de juego, que resulta ser lo menos llamativo del juego, a diferencia de lo que se podría pensar en primer lugar. Vanguard ha cometido el error de darle preferencia a su campaña y abandonar su Modo Zombis. Un error, pues Cold War demostró que se puede tener una excelente campaña y un Modo Zombis excepcional, el mejor hasta la fecha.
Por supuesto que el juego continuará actualizando su contenido, añadiendo más modos y mapas mediante actualizaciones gratuitas a medida que avance el tiempo. Tendremos aproximadamente un año de contenido gratis para el Modo Zombi de Vanguard, y también sabemos que este contenido llegará primero a PlayStation a través de una exclusividad temporal de aproximadamente diez meses, pero los usuarios de otras palataformas no deben preocuparse, pues tarde o temprano recibirán dicho contenido.
Aunque lo cierto es, que el Modo Zombis de Vanguard está todavía demasiado verde para haber sido siquiera lanzado. Con un solo modo de juego, un solo mapa (en comparación con los 20 de salida que tiene el multijugador) es bastante pobre y queda mucho a deber.
La campaña, aún con su multirracial e históricamente incorrecto grupo protagonista y su villano de caricatura que da más risa que miedo, resulta ser lo más entretenido del juego. Un poco corta, en comparación con otros juegos de la saga, y con un conflicto principal que termina resolviéndose demasiado pronto, pero si podemos destacar algo específico serían las actuaciones de los actores involucrados en el juego.
Veredicto final
Si estás buscando un buen Call of Duty, un buen juego de disparos, con buena campaña y buen multijugador, compra Modern Warfare. Si estás buscando un juego con un buen Modo Zombis, compra Cold War. Si estás buscando un buen juego sobre la Segunda Guerra Mundial que sea realmente inmersivo, compra Battlefield V. No existe ningún motivo sobre la Tierra por el que tengas que gastar $60 o más para comprar Call of Duty: Vanguard.
Resulta ser otro juego de disparos sin alma, consecuencia de la explotación de la saga. Un complemento más para añadir a Warzone, quien es el verdadero “responsable” de que los juegos individuales ahora sean carentes de personalidad y, en general, títulos bastante malos en varios aspectos. Un Call of Duty desechable más.
NOTA FINAL: 3