Alejada de las cámaras: la “desconocida” esposa de Gignac que se ganó el cariño de México por su labor

La pareja del futbolista permanece distanciada de los medios de comunicación y es muy querida sobre todo en Monterrey por su labor social.

André-Pierre Gignac es toda una leyenda de los Tigres. El delantero francés, de 38 años, aterrizó en México en 2015 y casi una década después ha logrado grabar su nombre en letras de oro en el fútbol azteca.

Se trata del máximo goleador histórico del conjunto felino con 199 tantos desde su llegada y esta noche, en la final del Apertura 2023 contra el América, podría firmar el 200. El galo está a las puertas del bicampeonato y de la novena con su club.

Gignac ha sido premiado con el Balón de Oro de la Liga MX, sin mencionar que tiene cinco títulos, fue tres veces goleador del certamen, cuenta con una Champions de Concacaf y quedó subcampeón en el Mundial de Clubes del 2020. Todo esto lo ha conseguido gracias al respaldo de su esposa, a quien considera su “motor”.

Deborah Gignac es la “desconocida” esposa del experimentado jugador y que ha estado a su lado desde que se mudaron a tierras mexicanas.

A diferencia de las parejas de otras figuras de la Liga MX que les gusta aparecer en las redes sociales, Deborah no cuenta con ellas y mantiene su vida y la de su familia de manera privada.

Lo que se sabe de ella es que es la segunda esposa de Gignac, con quien tiene tres hijos: Eden, Mavy, nacidos en México, y Grace, quien es francesa.

Pese a que no le gusta salir en las cámaras, se le ha visto compartir con su esposo las celebraciones de los campeonatos que conquista Tigres.

Deborah, al igual que Gignac, se naturalizó mexicana hace un tiempo y en Monterrey es muy querida por su labor.

La mujer del delantero destaca por su compromiso social en dicha ciudad, donde lidera esfuerzos para ayudar niños vulnerables a través de la Fundación Gignac, misma que se encarga de recaudar fondos para menores con discapacidades o afectados por diversas enfermedades.

Incluso el propio futbolista la mantiene oculta en sus redes sociales, pues no tiene ninguna fotografía con ella. Su esposa prefiere estar al margen de todos los medios.

Para Gignac fue clave que Deborah lo acompañara cuando determinó que su carrera tenía que seguir en México. Ambos están encantados del país y no descartan quedarse viviendo tras el retiro del jugador.

Deborah se dedica solamente a su familia y ayudar a los niños de Monterrey que necesitan ayuda. A pesar de estar fuera de los focos, la francesa se ha ganado el respeto de los hinchas mexicanos.

La fundación, que es un pilar en la comunidad regiomontana, trabaja incansablemente en la implementación de programas y proyectos que buscan no solo la asistencia médica sino también la integración social de los pequeños.

Para Deborah fue un cambio drástico tener que salir de Francia para volar rumbo a México y acompañar a su marido en su aventura con los Tigres. Pero con el paso del tiempo la pareja logró asentarse en su nueva casa.

Todos los títulos que ha conseguido Gignac en México se los ha dedicado a ella, ya que es su motivación junto con sus hijos.