Internacionales

Catar se prepara para evitar un fracaso futbolístico en el Mundial 2022

Los anfitriones de la Copa del Mundo quieren dejar huella con su selección en 2014. Un ex de Real Madrid los prepara.

2013-12-25

¿Para qué organizar una Copa del Mundo de fútbol si luego tu equipo será eliminado con tres derrotas en la primera fase? El riesgo es grande, pero Catar trabaja a destajo para evitar este escenario en el Mundial que albergará en 2022.

La tarea está encomendada a Iván Bravo, exdirector de estrategia del Real Madrid y ahora en la dirección de la 'Academia Aspire' de Doha, lugar en el que se trabaja con todos los futbolistas de talento que surgen en el Emirato.

'Intentamos formar futbolistas de categoría internacional en un país muy pequeño. Hace falta elegir buenos jugadores y entrenarlos todos los días enfrentándolos a otros buenos jugadores', explica Bravo durante una entrevista.

La estrategia consiste en concentrarse en los chicos de entre 14 y 18 años para formar la columna vertebral del equipo nacional catarí en 2022 y hacerlos crecer mediante el contacto con los mejores del mundo de su edad.

De esta forma los equipos de categorías inferiores del Real Madrid, Barcelona, Manchester United o Bayern Múnich se suceden en el Emirato.

'Esto nos ofrece un ambiente de competición adecuado para seguir con su desarrollo', comenta Bravo.

La 'Academia Aspire', donde entrenan los jóvenes, es una joya; un inmenso complejo dedicada a mejorar el rendimiento en multitud de disciplinas deportivas.

El Emirato de Catar invierte en eventos deportivos y clubes europeos, pero no ha descuidado ofrecer a sus deportistas las mejores instalaciones del mundo para que puedan competir al más alto nivel.

El jeque Hamad Bin Khalifa Bin Ahmed Al Thani, presidente de la federación catarí de fútbol, anunció en 2011 sus pretensiones: 'El objetivo es participar en una edición de la Copa del Mundo antes de 2022'.

Para el Mundial 2014 de Brasil el equipo falló: Catar perdió cinco de los ocho partidos y finalizó cuarta de su grupo de clasificación en una llave en la que estaban Irán, Corea del Sur, Uzbekistán y Libano. Le queda Rusia-2018 para llegar con experiencia a la cita en la que será el país anfitrión.

Los escépticos consideran que el Emirato nunca tendrá un equipo competitivo al más alto nivel futbolístico, a pesar de contar con los mayores recursos debido a sus reservas de petróleo y gas.

Muchos consideran que la vía que seguirá Catar será la de nacionalizar extranjeros, sobre todo africanos, que juegan en el campeonato del país. Bravo niega que este sea el camino a seguir.

'Nadie obtendrá el pasaporte', dijo, pero añadió que puede haber alguna excepción, recordando el caso del brasileño nacionalizado español Diego Costa que con toda probabilidad va a jugar el Mundial-2014 con la Roja.

'¿El dinero es la solución para todo? No, pero está bien tener recursos para superar las dificultades', añadió el técnico español.

En los campos inmaculados del Aspire, los chicos se entrenan con técnicos extranjeros. Sus padres observan atentos desde las gradas.

ENTUSIASMO
Bravo recuerda que hace unos años la diferencia con los grandes club era física y de comprensión del juego, 'de coeficiente intelectual futbolístico'. Ahora, gracias a un sistema de trabajo metódico, organizado y al entusiasmo que se ha generado, esta brecha se ha acortado.

El viento empieza a soplar a favor de Catar y ya existen algunos resultados esperanzadores. Los menores de 16 años golearon recientemente a la formación equivalente del Borussia Moenchengladbach por 7-1, mientras que los sub-19 derrotaron a la selección brasileña sub-20.

Pero Bravo sabe que la frontera entre el éxito y el fracaso es muy fina. 'Trabajamos con humildad, esto no significa que seamos tan buenos como los brasileños', dijo sobre el sorprendente resultado.

'Un equipo nacional necesita de jugadores que alcancen la madurez en el momento justo, pero estos buenos resultados son una señal de que podemos luchar contra cualquier equipo', añadió.

Al contrario de lo que piensan muchos, Bravo defiende que la pequeña población del Emirato -2,1 millones de habitantes de los que sólo 300.000 son catarís- es una fortaleza y no una debilidad.

'Es un pequeño país, por lo que es más fácil canalizar los recursos y fijar las prioridades. Se pueden ver muchos resultados tangibles', dijo.

Finalmente se mostró orgulloso de la Aspire, 'su' fábrica de campeones: 'Se construyó en dos años y medio, en España se hubieran necesitado cuatro

|