El Milan, que solo opta ya en esta campaña a levantar el título del 'Scudetto', atropelló este domingo al Hellas Verona (3-0) para advertir al resto de sus contrincantes en la parte noble de la tabla, situado virtualmente líder de la Serie A y a la espera de una derrota del Inter que le permita dormir en lo más alto.
Algo dolido por la eliminación de la Supercopa de Italia, donde certificó su segunda caída de la campaña después de la Copa Italia, el Milan supo resarcirse con un festín navideño en forma de goles que amansó San Siro. Son ya 4 meses sin perder los del combinado 'rossonero', derrotado solo en la primera jornada por el recién ascendido Cremonese.
Solo esa derrota en Serie A permite al Milan al menos mantener el sueño del 'Scudetto'. No juega entre semana. Ni Copa ni competición europea. Está centrado en la liga y el gran objetivo es levantar un título tras una temporada pasada para el olvido. Por eso Allegri se enfadó tantísimo en los minutos finales pese a tener el partido resuelto. Quería que su equipo hiciera todo bien hasta el último suspiro, sin relajaciones.
No tuvo problema en realidad ante el empequeñecido Verona, derrotado en un intervalo de apenas 7 minutos. Porque los goles que encajó fueron en el último segundo del primer acto, en el 48 y en el 53. Un vendaval con dos protagonistas: Pulisic y Nkunku. El estadounidense y el francés, sin Leao de por medio y a la espera de la incorporación definitiva de Niclas Fullkrug en el mercado inverna, son las dos mejores bazas del ataque. Hacen exactamente lo que necesita un equipo de Allegri, aprovechar las ocasiones. Santiago Giménez, cuando jugó, no lo hizo, y está ya relegado a un segundo o tercer plano.
Pulisic, apodado 'Capitán América' en Milán, volvió a aparecer. Es ya algo habitual. Siempre está. Octavo gol en Serie A, décimo en lo que va de temporada. Agazapado en el segundo palo, pareció esperar tranquilamente un balón que llegó en un saque de esquina. Sacó el incombustible Modric, peinó Rabiot y finiquitó Pulisic.
Derrumbó ese tanto el muro veronés. Justo antes del descanso. Y ya no pudo reconstruirlo. El Milan no le dio tiempo. En el 48, Nkunku convirtió el penalti que él mismo provocó. Una ingenuidad de Nelsson, que le agarró cuando estaba de espaldas.
Y apenas 5 minutos después, el definitivo. Se animó Modric dese la frontal. Su disparo quedó muerto en la línea de gol tras la mano de Montipo y el toque con el palo. Apareción Nkunku para firmar su primer doblete en suelo italiano. El Milan, ya centrado en el 'Scudetto', es virtualmente primero. Tiene un partido más que el Inter, que tiene que jugar ante el Atalanta. Y dos más que el Nápoles. Pero la presión de estar por encima en la tabla puede pasar factura al resto.
Hojlund se crece
El Nápoles, supercampeón de Italia, cumplió este domingo ante el recién ascendido Cremonese (0-2) gracias a un doblete del danés Rasmus Hojlund, rebosante de confianza, líder indiscutible de la delantera del equipo partenopeo y culpable principal de que los de Antonio Conte puedan volver a soñar con el 'Scudetto'.
La lesión de Lukaku hizo temblar al Nápoles en agosto. El gran delantero centro de Conte dejó desnuda la ofensiva sureña. Estaba De Bruyne, pero también se lesionó. Las dudas se apoderaron del Estadio Diego Armando Maradona hasta que emergió la figura de Hojlund. Algo inesperado por su rendimiento en Mánchester. Ahora las dudas se ciernen en otro debate. ¿Qué pasará cuando Lukaku vuelva a estar en forma?
Hojlund es un jugador que ya conocía el fútbol italiano. Fue delantero del Atalanta de Gasperini. Su proceso de adaptación fue mínimo. Ha participado en 8 goles en los últimos 10 partidos. Además del doblete al Cremonese, le endosó otros dos a la Juve, marcó y asistió ante el Milan y asistió ante Roma y Atalanta. Todo equipos grandes del 'calcio'.
Al Cremonese lo devoró él solo. El Nápoles controló el duelo sin sobresaltos, pero fue él el encargado de los zarpazos. Ambos en la primera mitad, para dejar todo resuelto antes del descanso. La presión de tener menos partidos que el resto no pudo con este Nápoles que sigue empeñado en hacer historia.
El primero de los golpes del delantero danés llegó antes del cuarto de hora. Actuación de delantero puro. Balón suelto en el área y remate sin complicaciones. El rebote en la defensa del Cremonese le permitió rematar sin oposición.
El segundo, al filo del descanso, del mismo estilo. Centro lateral, balón suelo y a la media vuelta, sin pensar, sin mirar a portería, fusiló a Audero para apagar cualquier tipo de posibilidad de insurrección de los de Davide Nicola, un equipo recién ascendido asentado en la mitad de la tabla.
No pasó nada más en todo el partido. Así lo quiso el Nápoles, que amarró una victoria clave para volver a colocarse segundo en la clasificación con 34 puntos, uno menos que el Milan. Solo el Inter puede superarlos. Necesita ganar al siempre complicado Atalanta para ponerse de nuevo en lo más alto.
Todo está abierto en la pelea por el 'Scudetto', pero el Nápoles, con Hojlund a este nivel, tiene una baza potencialmente ganadora.