Sadio Mané agredió a su compañero Leroy Sané luego de la dura derrota que sufrió el Bayern Múnich ante Manchester City en la Champions League (3-0) y esto ha tenido graves consecuencias para el africano.
El exjugador del Liverpool se mostró muy enfadado por cómo el alemán se había dirigido hacia él luego de una jugada en el tramo final del partido y le propinó un golpe en la boca cuando estaban en el vestuario.
Lo cometido por Mané no quedó impone. El Bayern ha confirmado la sanción al futbolista, que no estará en el próximo partido de la Bundesliga contra el Hoffenheim y también será sancionado económicamente.
“La razón es una mala conducta de Mané después del partido de la Liga de Campeones del FC Bayern contra el Manchester City. Además, Mané recibirá una multa”, señala la entidad bávara.
Oliver Kahn, CEO del Bayern, y Hasan Salihamidzic, director deportivo, se reunieron para hablar sobre este castigo que aplicaron sobre el senegalés aunque el futbolista ya había pedido perdón por lo ocurrido.
A pesar de que la sanción ya está confirmada, según Sky Alemania no quedará solo en eso y pueden suspenderlo durante algún tiempo.
La citada fuente publica que el delantero no tiene futuro en el conjunto bávaro aunque tenga contrato hasta 2025 y afirma que su conducta en las últimas semanas tiene dividido al vestuario.
Una de las decisiones más drásticas que la cadena televisiva ha puesto sobre la mesa y que no se descarta es que Sadio rescinda su contrato de forma unilateral y se marche libre a final de temporada.
Antecedente Ribéry-Robben
El episodio de violencia entre Mané y Sané no es el primero que sucede en el vestuario del Bayern. En 2012, Arjen Robben y Franck Ribéry tuvieron un encontronazo similar en las semifinales de la Champions ante Real Madrid. Aquella vez, el neerlandés fue visto con un moretón en la zona del pómulo derecho después del partido.
Con el pasar de los días, se confirmó que eso fue causado por una piña que le propinó Ribéry en el vestidor durante el descanso. Curiosamente, después de ese episodio, los dos jugadores terminaron siendo buenos amigos y fueron claves para el buen andar del club por aquella época.