El joven futbolista de 16 años fichado casi a precio de oro el pasado 22 de enero, con su actitud, está dificultando el proceso de integración a su nuevo club, hasta el punto de que responsables de la entidad merengue han tenido que reunirse con él y con su padre, que ejerce a la vez las labores de representante, para intentar hacerles ver la necesidad de cambiar de comportamiento. Sin éxito, hasta el momento.
Odegaard se aferra a la cláusula de su contrato que especifica que el club debe dejarle entrenar cinco días a la semana con el primer equipo para no ejercitarse con el filial, que milita en Segunda B. De esta forma, el conocimiento de sus compañeros es prácticamente inexistente, lo que se refleja sobre el terreno de juego, según publicó este miércoles el diario AS.
A la hora de los partidos, según el citado rotativo, sus compañeros no le encuentran y al final acaban por no ‘buscarle’.
De hecho, el filial blanco ha ganado sus dos últimos partidos, tras una larga racha de cuatro derrotas. Y en estos dos últimos partidos Odegaard no ha sido alineado ni un solo minuto por Zinedine Zidane, que sigue confiando en el talento de su joven crack, aunque a la hora de la verdad Odegaard no le está ayudando lo más mínimo.