Internacionales
2016-06-27
Messi ha provocado un estruendo mundial
tras anunciar su adiós de la selección de Argentina. Nadie, ni el menos optimista pensaba que el mejor del mundo tomaría tal decisión después de perder la final de la Copa América ante Chile.
El periodista del diario Clarín, Facundo De Palma, retrata en su columna la maldición de Messi para no ser campeón. 'La primera lectura, la visceral, es que el fútbol se ensañó con Lionel Messi. Que no existe posibilidad alguna de que el mejor futbolista del mundo pueda celebrar donde más quiere, donde menos le gusta perder. Que no hay Dios y que todos los jefes del Averno (Diablo, demonio, satanás, mandinga, Belcebú) se embarcaron en una cruzada para verlo sufriente, herido, descorazonado', escribe.
Deja claro que a Messi le duele más allá de no cantar el himno o considerarlo un pecho frío. 'Messi nos duele. Esa foto empañada por sus lágrimas puede ser una confirmación de aquella frase de Dante Panzeri, la del fútbol y la dinámica de lo impensado. Sin embargo, la imagen tiene lógica. Es coherente con la incongruencia de la AFA, con no haber respetado una línea de trabajo, con los volantazos en la elección de los entrenadores, con la queja tardía de los jugadores por la pobreza dirigencial, con la amenaza de no jugar la Copa América por una posible sanción de la FIFA, con el 38 a 38, con Julio Grondona y con sus viudas, con Luis Segura, con los implicados en el FIFA Gate'...
Pekerman, Basile, Batista, Maradona, Sabella y Martino, sus técnicos, 'cometieron errores. Leo también tuvo los suyos, desperdició oportunidades y la mayoría de sus compañeros, en las difíciles, no dieron la talla. La Selección, en las finales, pareció destinada a jugar a que un tal Messi nos salve y no nos salvó'.
Y por último le encuentra lógica al por qué 'Leo sonríe en el Barcelona. Y sufre en Argentina. Y en caliente dice que se va. Renuncia. Una conclusión llena de lógica. Ojalá se permita una revancha'.