En cinco de los 42 puntos de taxis colectivos en el centro de San Pedro Sula utilizan detector de metales para evitar que los pasajeros y conductores sean víctimas de asalto dentro de las unidades.
Hoy, usuarios y propietarios de estos automotores coinciden en la necesidad de que esta medida se convierta en una ley que obligue a usar detectores de metal en todos los puntos de colectivos, rapiditos y buses como medida preventiva para proteger la vida de unos y otros.
El punto de taxis de las colonias Las Vegas y Modelo, en la 2 calle y 5 avenida, noroeste, barrio El Centro, el despachador dice que llevan cinco años pasándoles a los pasajeros el detector de metal. En ese lapso solo ha habido dos asaltos.
Carlos Rodríguez, quien pasa el aparato por el cuerpo de las personas, dice que ha observado que los malvivientes, cuando observan el uso del aparato, se dan la vuelta y se van.
Las reacciones
En el punto de colectivos de la Juan Ramón Molina, El Roble y Los Castaños, en el barrio El Centro, utilizan el detector hace dos años.
Marcio Fajardo dice que el asalto contra usuarios dentro de las unidades prácticamente ha desaparecido, pero los han asaltado tres veces en el punto.
“Solo permitimos que vayan armados los clientes conocidos que viven en la zona, como policías y guardias”. Pero a un desconocido, si llega con una pistola, no lo transportan. Los afecta la oscuridad porque falta alumbrado público.
Los pasajeros están satisfechos por esas acciones porque no son víctimas de asaltos.
El punto de la colonia Fesitranh, fundado hace 30 años, fue el pionero y no han registrado asaltos, dice el administrador César Pineda.
La 4 calle y 5 avenida, suroeste, que conduce a Los Castaños y El Roble, tiene dos años sin conocer los asaltos, aunque su administrador Geovany Sánchez fue asaltado al llegar a su casa en el barrio Barandillas y le robaron el detector y el radio asignado.
Sánchez afirma que la clientela es conocida. A una persona sospechosa no le permiten subirse en la unidad. Los únicos asaltos a veces ocurren en la fila de pasajeros cuando las damas se ponen a platicar por celular. Pasan de repente uno o dos ladrones y les arrebatan los aparatos, “la imprudencia es de ellas”.
Administradores de otros puntos de taxis ven la medida muy buena, pero lamentablemente no la aplican porque se les incrementan los costos, ya que deben comprar los aparatos y pagarle a una persona todos sus derechos laborales.
Francisco Alvarado, director regional de Transporte, opina que las secretarías de Seguridad y Defensa deben pedir la aprobación de una nueva ley sobre el uso de esos aparatos.