En la colonia 24 de Abril de Cofradía, Cortés, hace 21 años nació un bebé cuyos padres nombraron Aldo Josué Oviedo Gallardo. Hoy es uno de los jugadores de moda en la Liga Nacional y recientemente ha sido convocado a la selección sub23 por un golpe de suerte o el propio destino de la vida.
Les presentamos esta historia de Oviedo, el chico que tiene a varios técnicos encantados.
La niñez de Oviedo fue tranquila, como todo inocente hizo sus travesuras, pero lo que más le gustaba era la pelota. A la edad ocho años integró su primer equipo: El Honduritas de San Pedro Sula. En ese club desarrolló sus habilidades, se mantuvo en el equipo hasta los 17 años.
“Cuando estaba pequeño, solo pasaba con la pelota en los pies, siempre fue mi pasión, le agradezco a todos los de la colonia 24 de Abril porque me cuidaban y me daban consejos”, expresó Oviedo.
La vida del volante del Atlético Choloma no ha sido fácil, el 6 de septiembre de 2005, su padre, quien tiene el mismo nombre del futbolista, fue víctima de la delincuencia. Lo asaltaron y terminaron quitándole la vida.
De ahí, el mejor ejemplo que tuvo el jugador de los cholomeños fue su madre Zulema. “Mi mamá es mi orgullo, tengo seis años de no verla, la extraño mucho, ella me ha apoyado en todo lo que he hecho”, dijo el volante.
PASÓ POR EL OLIMPIA
El seleccionado Sub-23 dio sus primeros pasos en el fútbol semiprofesional con Atlético Gualala de Santa Bárbara en la Liga de Ascenso. Después de permanecer un año en ese club pasó a formar parte del Vida.
Con los cocoteros estuvo seis meses, en ese entonces eran asesorados técnicamente por Nahún Espinoza, quien posteriormente lo llevó a las filas de Olimpia. Allí permaneció un año. Con los merengues estuvo bajo las órdenes de Juan Carlos Espinoza. “No jugué con Olimpia porque la competencia fue muy difícil, no se me dio la oportunidad”, dijo.
La carrera de Oviedo estuvo marcada de sinsabores hasta que llegó al Choloma, cuando el equipo estaba en la Liga de Ascenso, después de un mal torneo no logrando clasificar a la liguilla. Pero Choloma se reforzó para el Clausura y así logró el objetivo de ascender a primera división con Rubén Guifarro.
En la Liga Nacional el camino ha resultado duro para el joven contención de los maquileros, ya que en las primeras fechas del torneo anterior fue expulsado contra Motagua y Victoria en las jornadas dos y cuatro.
Para el Clausura, el volante se ganó la confianza del entrenador Edwin Pavón, quien lo ha hecho parte del equipo titular en los seis partidos que ha disputado el club. Ha figurado a la par de Walter Hernández, Will Barahona y Óscar Torlacoff, futbolistas de experiencia.
GOLPE DE SUERTE
Si le va tan bien en la Liga, solo faltaba mostrarse en la Selección. El 1 de febrero lo llamaron para que completara un equipo durante un colectivo de la Sub-23. Ahí no era parte de los elegidos por Suárez en el microciclo, pero resulta que Oviedo mostró sus condiciones y dejó a Suárez muy convencido de sus condiciones y lo convocó para el microciclo de la Sub-23 que inicia el próximo lunes en San Pedro Sula.
“La Selección es algo inolvidable, en ese lugar es donde todos queremos estar, me di cuenta de mi llamado por medio de Diez.hn, unos amigos me llamaron y me dijeron que en la web de Diez estaba mi nombre en la lista de los elegidos”, sentenció.
Ahora a Oviedo le falta consolidarse en la Liga, pero por lo mostrado en el presente torneo, muy pronto podría retornar a un club grande...
SUS PADRINOS
Nahún Espinoza y Rubén Guifarro son sus principales consejeros. 'Estoy muy agradecido con el profesor Rubén Guifarro, lo considero como un padre, él me ayudó a tomar mi nivel futbolístico”.
Y de Nahún Espinoza dijo: “Siempre lo llamo para preguntarle en qué estoy fallando y en qué puedo mejorar, confío mucho en él”.