Limber y el día que Honduras eliminó a Brasil: 'Le dije a un amigo grabame el juego'

Es el día y el grupo estaba muy motivado, se sabía que era un partido muy complicado, con pocas o mejor dicho sin ninguna posibilidad de ganar, imaginate, enfrentábamos al mejor equipo del mundo, ese Brasil que todos veíamos ganarle sin ninguna dificultad a su rivales.

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Desde que amaneció el día del partido, vi el rostro muy serio de mis compañeros, no reían para nada, bueno, en frente del grupo, podría decir que todos estábamos asustados, sabíamos lo que se nos venía encima, habíamos entrenados muy bien, el grupo estaba muy metido en el juego, hoy cuando recuerdo el rostro de seriedad de mis compañeros, se me viene en mente que todos estábamos muy concentrados en el juego, Brasil en ese tiempo tenia jugadores de la talla de Denilson, Jardel, Belletti, Alex, todos ellos jugando en las principales ligas de Europa y siendo grandes figuras en sus equipo, todo indicaba que podían pasar a la siguiente fase con mucha facilidad.

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Cuando hablo de la concentración para ese partido, te diré que desde que amaneció, el grupo de jugadores solo se veían cuando se bajaba a comer, en el comedor nos saludábamos, no más, luego que se terminaba el tiempo de comer cada quien regresaba a sus habitaciones a descansar, a soñar, yo estaba acostado y me miraba jugando el mejor partido de mi vida, incluso, le habla a Orester Castrillo, mi mejor amigo, para contarle que Primi se había equivocado y que yo iba de titular, recuerdo que le dije que me grabara el juego, que sería el de mi vida, que iba a jugar como nunca, veré de que estoy hecho, estaba muy metido, bueno, todos los jugadores estaban muy metidos, sabíamos del compromiso.

Cuando llegamos al estadio, fue un trayecto muy lejano, era una buena distancia del hotel al estadio de la ciudad de Manizales, pero ese día el trayecto lo sentí muy corto, solo arrancó el bus y al ratito estábamos en el estadio, bueno, eso fue lo que sentí, los nervios estaban por todos lados.

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En el camerino, había un silencio, solo se observaba a algún compañero decirle algo al odio del compañero de al lado, todo era un silencio, ese silencio que te hace creer que en este mundo mientras te mantengas saludable y con vida, todo es posible.

El calentamiento se hizo con una energía nunca antes visto, los suplentes no dejaban de gritar a los que estábamos calentando, recuerdo que la frase que decían, hoy es el día, vamos, hoy es el día, tenemos que jugar con todo, esas frases me hicieron creer más de lo que yo creía en que podíamos darle una sorpresa a los brasileños, había un apoyo de parte de todos.

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Cuando entramos al campo, la piel se me erizó, habían casi 50 mil personas, la mayoría apoyando a Honduras, bueno, los colombianos no querían enfrentar a Brasil, recuerdo que cuando me toco saludar al rival, a cada jugador le daba un apretón de manos muy fuerte y lo miraba a la cara, yo estaba muy serio, en ese momento, ellos eran nuestros peores enemigos, estaban seguros de pasar por encima de nosotros.

Cuando juegas contra Brasil, la clave es que no te hagan un gol en los primeros minutos, eso es determinante, lo habíamos hablado, en la charla que normalmente tienen los jugadores antes del partido y que los técnicos no tienen acceso, solo conocimiento, eso fue lo que se hizo una vez que comenzó el juego, los presionamos por todas parte, cada vez que entraban a nuestra cancha, recuerdo que por ratos, tres hondureños marcaban a un jugador de Brasil, eso fue un factor determinante para dar la sorpresa que más vergüenza le ha provocado a los brasileños.

Creímos que podimos ganar ese encuentro, Samuel caballero, grito en un balón parado a favor de ellos, no nos harán goles, podemos ganar, sigamos igual, estamos muy bien, en un momento dado, logré contar doce pases entre nosotros, claro, eso era un indicador que si seguíamos concentrados y nos manteníamos jugando con carácter y personalidad podíamos ganar. Al final se logró un gane histórico de dos goles a cero. Creo que es de la única manera que se le puede ganar a Brasil, tienes que respetarlo antes del encuentro, luego jugar con mucha inteligencia, carácter y personalidad, eso fue lo que hicimos en la Copa América del 2001.