Padre de Andy Najar confiesa: 'El coyote cuido bien a mi hijo”

El pequeño Andy viajó desde Santa Cruz de Marcovia, Choluteca con destino a Estados Unidos, donde ya lo esperaban sus padres, don Wilson Najar y doña Adilia. Ambos tomaron la decisión de viajar de llevarse a su pequeño, en ese entonces de 13 años, para suelo norteamericano y así darle una mejor calidad de vida.

La decisión no fue nada fácil, según cuenta don Wilson, quien fue futbolista profesional y jugó para el Broncos de Choluteca.

“Primero fue mi esposa, luego viajé yo un año después, a los cinco meses que yo llegué mandamos a traer a Andy”, recuerda.

Y agregó: “Solo tenía 13 años. Fue una decisión difícil para nosotros como padres, lo hicimos pensando en que la juventud en nuestro país se pierde, él tenía talento desde pequeño y queríamos que tuviera otras oportunidades”, añade el padre de Andy.

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El cipote delgadito, serio, pero con muchos sueños por cumplir, tomó camino, sin nadie de su familia que lo acompañara. Tampoco iba algún amigo, sus padres pagaron su traslado a un conocido, que se dedicaba a llevar personas de manera ilegal hacia los Estados Unidos.

“Tardó cerca de 15 días en llegar, el coyote cuidó bien a Andy, no le tocó sufrir, no tuvo que aguantar hambre, no usó el tren, sí tuvo que caminar mucho. Fue difícil para él porque nunca había pasado algo así”, relata.

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A la actual figura del Anderlecht y de la Selección Nacional le tocó viajar, durante esas dos semanas, en autobús y tramos caminando. Afortunadamente llegó en buenas condiciones a donde lo esperaban sus padres.

Najar no tuvo que cruzar el río Bravo o subirse a la famosa Bestia (el tren de carga en el que suben los indocumentados). “Él llegó bien de salud a casa, flaquito como siempre, pero es que él es igual a mí”, dice don Wilson.

La decisión que Andy viajara de esa manera no era poca cosa, pero su padre y madre nunca le tuvieron miedo.

“Todo lo pusimos en manos de Dios, lo mismo sucedió con mis otros hijos que también están en Estados Unidos (Dennis y Christian). A Andy Siempre le vi talento, un amigo me dijo que le llevara a probar a la academia del DC United, Wilson Aguilar, de La Ceiba. Estudió en la escuela Thomas Alba Edison y ahí empezó a destacar como jugador”, recuerda.

MUCHO ORGULLO
A pocas horas para que Andy vuelva a ponerse a la camisa de la Selección Nacional para enfrentar a Estados Unidos, la familia Najar se siente muy contenta. “Cada partido que Andy juega con la Selección es un gran honor y orgullo, nos sentimos felices porque representa a un gran país como nuestra Honduras”, señala.

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Hace algunos años los Najar tuvieron el dilema de que si Andy iba a jugar para Honduras o Estados Unidos, pero su padre aclara muy bien esta situación que les tocó vivir.

“Andy nos preguntaba sobre su decisión, pero nosotros nunca le inculcamos que jugara para Estados Unidos, aunque aquí estaba su futuro, es el país que nos abrió las puertas a todos, pero fue él el que tomó la determinación final. “Gracias a Dios se decidió por la H”.