Osasuna consiguió un triunfo valioso al imponerse 2-0 sobre el Levante en un duelo donde resolvió el partido desde el primer tiempo. Víctor Muñoz abrió el marcador y, minutos más tarde, Rubén García amplió la ventaja con un golazo que dejó sin opciones a la defensa visitante. El conjunto rojillo controló los tiempos y manejó el ritmo con autoridad.
El Levante intentó reaccionar, especialmente durante algunos tramos de la segunda mitad, pero la falta de contundencia volvió a pasar factura. Kervin Arriaga, uno de los más activos del equipo granota, vio tarjeta amarilla y estuvo cerca de descontar con un potente derechazo que obligó al guardameta de Osasuna a realizar una intervención espectacular.
Este nuevo tropiezo profundiza la crisis levantinista, que llegó a su décima derrota en la liga y continúa hundido en el fondo de la tabla con apenas nueve puntos. La situación se complica aún más porque la distancia con sus rivales directos crece: el Real Oviedo suma diez unidades y el Girona, decimoctavo, tiene doce puntos, ampliando a cinco la brecha para salir de zona roja.
Por su parte, Osasuna celebró tres puntos que le permiten tomar oxígeno y acercarse de nuevo a la zona media de la clasificación. El equipo navarro mostró orden, eficacia y carácter en casa, aprovechando sus mejores momentos para liquidar el encuentro temprano y manejar el trámite con relativa solvencia en la segunda mitad.
Kervin Arriaga completó los 90 minutos y volvió a ser uno de los futbolistas más equilibrados del Levante, aunque su esfuerzo no pudo evitar una nueva caída de un equipo que necesita reaccionar cuanto antes si pretende mantenerse en la primera división española