Liga Nacional

Copán Álvarez: 'A Motagua le pesó la final ante un manso Platense'

El periodista hondureño de Telemundo analiza la ida de la definición del título en Honduras y es duro con los dos equipos

2016-12-12

Después de ver o mejor dicho después de disfrutar el Superclásico argentino que por si no lo sabías lo ganó Boca 4 a 2 en el Monumental, me senté a ver tranquilamente la final del fútbol hondureño.

Una final con solamente dos protagonistas, el primero la afición, pude observar el lleno total del Estadio Nacional, una muestra más que a la gente le gusta asistir pase lo que pase y a pesar que pone en riesgo su vida y su bolsillo.

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Los hinchas se merecen una mejor instalación que este obsoleto, peligroso y sucio escenario. Unas graderías con sillas y baños limpios, con estacionamiento, nada del otro mundo, solamente un lugar donde se pueda observar un partido como corresponde.

Si hay que ponerle nota a la hinchada de Motagua, yo le pondría un diez, porque apoyó de principio a fin y si bien las bengalas opacaron un poco el espectáculo, no pasaron a más, aunque es una advertencia más para las autoridades y los dirigentes azules.

El segundo Santiago Vergara, por su impresionante derechazo imparable para cualquier arquero, por más que algunos digan que Calderón tuvo complicidad. Este si que fue un gol de otro partido o mejor dicho, éste si que fue un gol de una final. Por suerte Vergara entendió lo que se estaba jugando, mientras sus compañeros y rivales no lo sintieron igual.

Hoy voy arrancar de atrás para adelante, porque me llamó la atención como los hinchas, el cuerpo técnico y los jugadores azules dejaron el campo de juego. Parecía que habían empatado o hasta perdido, se fueron pensativos, como insatisfechos por el resultado y hasta cierto punto tienen razón, porque Motagua fue mucho más que este diezmado y manso Platense, mereció más el local pero perdonó.

Del otro lado, el equipo de Clavasquín se fue satisfecho, como si los dos goles de diferencia que necesitan en el partido de vuelta ya los tienen en el bolsillo. Los porteños vinieron claramente a llevarse un empate y como Vergara sacó un conejo de la chistera no importa, perder por uno no es malo pensaron.

Ahora la pregunta está formulada ¿podrá Platense jugar y atacar sin desprotegerse atrás? ahora la pelota está en su cancha y tienen que hacerla rodar y tratarla bien porque fue un equipo totalmente defensivo. Un equipo ciego que nunca inquietó el arco del desafortunado Harold Fonseca. Un equipo que llegó a jugar un partido de vueltas regulares y no una final.

Lás Aguilas no jugaron bien, no fueron precisos, se vieron ansiosos y hasta me atrevería a decir que les pesó la final, el ambiente, la responsabilidad y el llegar como favorito. No fue sereno, de haberlo sido ya tendrían asegurada la ansiada 14. Ahora con una semana de trabajo, Diego Vazquez tendrá que trabajar mucho en la cabeza de los jugadores.

Tan lejos y tan cerca el partido del Excelsior, tan lejos porque nos quedamos de ver más fútbol, sobretodo del lado escualo y tan cerca porque hay poco tiempo para mejorar, de tranquilizarse, de recuperar la memoria perdida y de satisfacernos a todos los que esperábamos más de este primer partido pero que guardamos la esperanza que en la segunda final los dos equipos nos regalen el mejor espectáculo.

Falta el postre, hasta ahora la entrada no fue tan sabrosa, con sabor a poco, ojalá la cena termine con alguna sorpresa y que la comida alcance para todos los que tenemos hambre, hambre de buen fútbol.