Don Nico, el patriarca de una gran dinastía como los Suazo
El jefe de los Suazo ha dejado este día de existir, pero deja su apellido muy dentro del fútbol hondureño.
El jefe de los Suazo ha dejado este día de existir, pero deja su apellido muy dentro del fútbol hondureño.
El mayor de la familia es Nicolás Suazo JR, conocido en el mundo del fútbol como 'Nicogol'. Se fundó en sus inicios en el Club Deportivo Marathón, equipo con el que sobresalió hasta partir al fútbol de Costa Rica donde se convirtió en el hondureño con más goles en este país al marcar 43 goles en 84 partidos con el Sport Herediano entre 1994 y 1996.
Cuando Nico estaba por retirarse de las canchas a finales de los 90, Rubén, el otro de la dinastía daba sus primeros pasos en el Platense de Puerto Cortés. Rubén, corpulento delantero, igual como han sido todos los Suazo, pasó por el Marathón y se retiró muy joven a mediados de los 2000 y estudió para ser entrenador y ahora forma talentos en la Escuela Internacional Sampedrana.
Pero el hijo de Don Nico que puso en alto el nombre de Honduras es David Suazo, delantero que se retiró del fútbol en febrero de 2013. 'La Pantera' destacó en el Cagliari donde se consagró como máximo goleador en una temporada con 22 goles superando una marca impresionante del mítico Gigi Riva.
MUERE DON NICOLÁS SUAZO, PADRE DE DAVID, EX DELANTERO DEL CAGLIARI E INTER DE ITALIA
Suazo ganó el Oscar del Calcio en 2007, premio que compartió con el brasileño Kaká, siendo el único centroamericano en lograr ser goleador del Calcio.
David fue Mundialista Sub-20 en Nigeria 1999, disputó los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, también jugó el Mundial de Sudáfrica 2010 siendo el mejor jugador hondureño de todos los tiempos por su brillante carrera en el extranjero.
El más pequeño de los Suazo es Henry, el único que se mantiene activo y milita en el Guastatoya de Guatemala. Henry inició jugando en el Marathón y al igual que Nico, Rubén y David, es centro delantero.
Don Nico ha muerto, pero su legado continúa viviendo porque le dio al fútbol y a Honduras brillantes hijos que lo hicieron sentirse orgulloso cada vez que los miraba correr detrás de un balón.
