Era la noche del 14 de octubre de 2009 y en la hexagonal final de la Concacaf el dramatismo estaba a la orden del día, ya que Honduras y Costa Rica se jugaban el pase al Mundial de Sudáfrica 2010 en la última jornada de la eliminatoria.
La Bicolor dirigida por Reinaldo Rueda estaba tocando las puertas de una histórica clasificación mundialista, sumando 13 puntos tras nueve fechas, lo que hacía crecer la ilusión con regresar a la Copa del Mundo 28 años después.
Aquella noche que es recordada como si fuera ayer, Honduras jugaba ante El Salvador en el Estadio Cuscatlán sabiendo que no dependía de sí misma para acceder a la justa mundialista.
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El combinado catracho requería de ganar por cualquier marcador aquella noche, pero también era necesario que Costa Rica no sumará de a tres unidades para poder hacer realidad el sueño mundialista.
Es ahí donde entra en escena el nombre de Jonathan Bornstein, el cual hasta esa noche era desconocido para muchos, pero a partir de ese 14 de octubre la historia lo terminó uniendo más con Honduras que con su propio país.
Honduras estaba cumpliendo los deberes al vencer 1-0 a El Salvador como visitante, pero desde Washington llegaban malas noticias, ya que Estados Unidos caía 2-0 frente a Costa Rica.
A pesar de ya estar clasificados, los de las Barras y las Estrellas relucieron su orgullo y jerarquía y como si se estuvieran jugando el pase reaccionaron descontando en el partido por medio del histórico Michael Bradley, quien tras un remate del capitán Landon Donovan acercaba a los norteamericanos a los 72 minutos.
Mientras los estadounidenses hacían todo lo posible por conseguir el empate, en San Salvador los jugadores hondureños ya se mostraban resignados a jugar el repechaje intercontinental contra Uruguay, pero cuando todo era angustia empezaron a ver a los aficionados catrachos festejando en las gradas.
¿Cuál era el motivo? Estados Unidos había conseguido el gol del empate 2-2 en tiempo de descuento, logrando así el resultado que Honduras necesitaba para poder clasificar al Mundial de Sudáfrica 2010 de forma directa, cortando así una racha de 28 años sin clasificar a la máxima justa del fútbol.
Jonathan Bornstein, “héroe nacional”
El responsable de aquella inmensa alegría que llenó de júbilo a todo un país que pasaba por un complicado momento ante la crisis política provocada por el golpe de Estado fue Jonathan Bornstein, quien con su remate de cabeza no solo hizo que Estados Unidos se quedara con la cima de la clasificación, sino que también impulsó a Honduras hacia su segunda Copa del Mundo.
El inesperado héroe de aquella noche diría luego del eufórico tanto que recibió con alegría los titulares que llegaban desde la prensa hondureña.
“Escuché al llegar acá sobre los titulares de la prensa de Honduras. Estoy muy contento porque con mi gol el equipo de Estados Unidos pudo clasificar en el primer lugar del grupo y me da gusto que la gente de Honduras haya apoyado al equipo en esta ocasión y por brindar alegría a Honduras”, manifestó en aquella ocasión.
Además, Jonathan Bornstein expresó su deseo por visitar Honduras, el cual de forma un tanto paradójica se terminará cumpliendo 13 años después, tras confirmarse su fichaje por el Vida.
“Definitivamente estoy interesado en visitar Honduras, pero debido a mi agenda es muy difícil, por lo que tengo que pasar con mi equipo. Es un país bonito y sí estaría encantado de visitar Honduras, tengo muchas ansias de hacerlo”, declaró en el ya lejano 2009.
La invitación de Micheletti
La clasificación de Honduras al Mundial de Sudáfrica 2010 se celebró a lo grande en un país convulsionado por la crisis política.
Las caravanas, familias reunidas y festejos estuvieron presentes en todos los puntos del territorio nacional tras haber estallado en júbilo primero por el gol de Carlos Pavón en El Salvador y luego por el testarazo de Bornstein en Washington.
Todo mundo estuvo presente en las celebraciones, incluido el expresidente Roberto Micheletti, quien luego de felicitar a los dirigidos por Reinaldo Rueda también tuvo palabras para Jonathan Bornstein, a quien le hizo una peculiar invitación.
“Traeremos a este gringuito que anotó de cabeza. Él no necesita visa para venir aquí a Honduras”, dijo Micheletti en cadena nacional luego de aquella histórica jornada.
A su vez el exmandatario que asumió el poder el 28 de junio de 2009 invitó a Jonathan Bornstein a visitar la paradisíaca Roatán con todos los gastos pagados.
Han pasado más de 13 años de aquella inédita invitación de Roberto Micheletti y ahora Jonathan Bornstein no solo visitará Honduras, sino que ahora jugará en la Liga Nacional, luego de que este miércoles se confirmara su incorporación al Vida.
