Un delantero para no estar en el ostracismo necesita de los goles y eso lo entendió muy bien Erick Salvador Andino Portillo, jugador que en el epílogo del campeonato le quitó el suiche a los goles y le han llegado por montón.
En la previa de la final entre los potros del Olancho FC y Olimpia, Andino habló con DIEZ y confiesa que luego de su salida de los azules del Motagua su carrera no le ha sido fácil.
Andino se aferra al amor familiar para salir siempre adelante y que ni las dos lesiones de ligamentos cruzados que tuvo cuando era parte del que ahora es su rival en la final, Olimpia, lo doblegó.
“Contento de estar viviendo esta semana previo a una final, agradecido con Dios y con mi familia que siempre me apoyó. Este torneo no había sido muy bueno para mí, pero estaba apoyando a mis compañeros que estaban jugando y sabía que la oportunidad iba a llegar y había que aprovecharlo”.
“No me desesperé, seguí trabajando y confiar en que las cosas iban a mejorar, y sabía que las oportunidad se me iba a dar y el profesor me la dio, estuve listo y la aproveché. Qué bueno que colaboré para que el equipo clasificara a la final”, afirmó.
A UNA FINAL MÁS
Erick Andino es un jugador de carrera dilatada en Honduras, país donde ha jugado ya bastantes finales con las camisetas del Olimpia y Motagua. “Son bastantes las finales que he jugado, no tengo el dato pero espero culminar levantando el título y que la gente de Olancho esté feliz. Con equipos distintos he jugado finales, con Olimpia, Motagua y ahora Potros, ojalá se pueda dar otra medalla más”.
Aduce que la edad no juega en los potros olanchanos, pues hay buena cantidad de jugadores jóvenes y de experiencia, aunque él se pone en la banda de los “viejos”.
“Cuando vinimos al principio, el primer torneo, se hablaba de eso, y el profesor le dio regularidad a los futbolistas y la edad la edad aquí no marca nada, nosotros los viejos tratamos de entrenarnos siempre al máximo y el equipo está teniendo éxito”, afirmó el jugador que ha marcado cinco goles en 22 juegos con el Olancho FC.
Cuando se le pide hacer una retrospectiva, se remonta a su salida del Motagua, club en el que había encontrado estabilidad deportiva y laboral. Se encariñó del equipo y su baja del club azul le hizo merma en su carrera.
“Me ha tocado sufrir después que salí de Motagua, me tocó sufrir, anduve en segunda división, pero siempre mi mentalidad era volver a primera y gracias a Dios el Honduras Progreso me abrió las puertas, hice muchos goles y gracias a eso aquí estamos, en una nueva final y la espero ganar”, expone.
Y luego añade: “Es un premio al trabajo, al no bajar los brazos ni agachar la cabeza, el fútbol para mí no ha sido fácil, me ha tocado lidiar con lesiones complicados, pero siempre me he levantado. Muchas cosas he cambiado, he sufrido, sí me ha tocado lucharla y el apoyo de mis hijos y mi familia ha sido fundamental para no bajar los brazos y seguir”.
“Las lesiones de ligamentos cruzados han sido un golpe para mí, tuve dos en Olimpia, gracias a Dios nos recuperamos y aquí estamos, dando guerra. Dios quiera que anote en la final y ojalá se me pueda cumplir. Con Motagua anoté en la final contra Honduras Progreso en la ida y vuelta”, exterioriza.
Finalmente habla de los merengues, que buscan el bicampeonato. “Rival complicado, difícil, Olimpia ha demostrado en todo el torneo la capacidad que tiene. Estos partidos se juegan de otra forma y con otra intensidad, nosotros estamos listos para poderles hacer daño aquí en Olancho. Uno como jugador siempre sueña estar bastante alto”
Le ilusiona jugar la Copa Centroamericana de Concacaf con el Olancho FC, pero antes informa que su ligamen con la institución pampera culmina el domingo 28 de mayo. “Me quedo sin contrato, esperamos terminar levantando este título y después ver qué pasa”.
