Acostumbrado a luchar, a hacer uso de su astucia, velocidad, potencia y determinación para superar sus rivales en el campo, el exfutbolista de Olimpia y la Selección Nacional de Honduras, José Alberto “El Chepo” Fernández, enfrenta una dura batalla que atenta contra su vida y que enfrenta con la convicción de superar, pese a que los pronósticos no son buenos. El futbolista siempre superó cualquier obstáculo, hasta cuando todo indicaba que no saldría bien parado.
El lateral derecho que saltara a la fama a inicios de los 90’s por sus grandes zancadas, de fuerte pegada, potencia física y excentricidad, yace en la cama de un hospital en el Bronx, New York; su lugar de residencia, luego de su retiro del fútbol.
Fernández pasa sus días rodeado de su esposa, amigos cercanos y personal médico, confiado que con garra, confianza y paciencia superará este difícil momento.
Personas muy allegadas al oriundo de Corozal, han confirmado a Diario DIEZ, la delicada situación que atraviesa elo hondureño, con preocupación informaron que la salud de Fernández se ha venido deteriorando rápidamente, por lo que pasa sus días en un hospital, donde recibe tratamiento y los cuidados necesarios.
A muchos, la noticia les ha caído como un balde de agua fría, ´pues durante el verano del 2024, el espigado lateral derecho fue parte importante en el título que conquistó con su equipo amateur, Pablazo F.C en la liga de veteranos de Flushing, Queens en la Gran Manzana.
Con 55 años, el internacional hondureño y miembro del Sport Recife de Brasil, después de su retiro de las canchas emigró a Estados Unidos, allá se dedicó a la construcción, labor que ha realizado desde el 2002 y que le ha permitido llevar el sustento a su numerosa familia.
Pese a las largas jornadas bajo las extremas temperaturas de la gran manzana y lo sacrificado de su oficio, la pelota nunca dejó de rodar para el Chepo, después de sacudirse el polvo, la pintura y la grasa, siempre volvía a ser el destacado futbolista en las ligas burocráticas, y volvía a la alegría de correr libre y rápido por la banda.
La estrella de Fernández nunca dejó de brillar, solo se trasladó a los campos del Bronx, Queens y Brooklyn, donde pese a su avanzada edad siempre destacó por su talento que le permitió no solo jugar; también le dio acceso a otra fuente de ingreso, es que no todos nacen para jugar fútbol y muy pocos tenían sus condiciones, en Flushing Park, Ferry Point y Linden continuaron los desbordes, los potentísimos disparos a marco, la blanca dentadura y maliciosa sonrisa del “Chepo” continuó dando su espectáculo.
Rivales y compañeros de equipo en las canchas de el Bronx, su lugar de residencia, llevaron a cabo recientemente una cuadrangular benéfica, en la cual se recaudaron fondos para contribuir con el exseleccionado, gesto que fue muy bien recibido por Fernández, que debido a su delicado estado de salud no pudo estar presente, si pudimos confirmar que el gesto fue bien recibido.
Aficionados, familiares y amigos, esperan una pronta recuperación del “Chepo”, como cariñosamente le apodaron, el balón esperara pacientemente por él, para seguirle haciendo compañía por la banda derecha. Hoy su principal rival es una cama de hospital, a la que se aferra a la vida y espera volver con más fuerzas que antes.