El dulce aroma de Barrio Cabañas en San Pedro Sula sigue siendo el mismo que transpiraba aquel cipote que en diciembre del 2010 alcanzó lo más alto en el fútbol nacional, el cual, una década después, lo obligó a colgar los botines por dos temporadas, pero que en 2023 ha desempolvado.
Gerson Daniel Rodas Leiva ha vuelto a las canchas del balompié profesional, sí, ese mismo jugador que en 2012 nos llevó con sus goles al sueño de los Juegos Olímpicos de Londres, un torneo que por lesión, un conflicto que se tornó constante en su carrera hasta el punto de apagarla, lo dejó afuera.
Ese momento fue igual de duro como el que vivió en plena pandemia, un 2020 para el olvido donde no recibió sueldo de su exequipo Honduras Progreso (2019-2020), algo que lo hizo decir “ya no más sufrimiento” y le puso pausa a su carrera que en el inicio prometía ser brillante.
El Lone FC de la Liga de Ascenso es el equipo donde Gerson decidió iniciar su segunda etapa futbolística, la cual no descarta que culmine en un retiro en el lugar donde todo nació: el Real España.
Más de 24 meses inactivo motivaron a que Rodas regresar a hacer lo que más le gustaba, un amor que se empañó por conflictos sufridos en su último club, así como en el Platense, donde jugó en 2018 y salió ya que no le pagaron cuatro meses de salario.
“Tengo la intención de volver a jugar porque me hacía falta el fútbol. Después del disgusto que tuve, ahora me siento más emocionado aprovechar lo que más me gusta y lo que mejor sé hacer”, empezó diciendo el campeón nacional Real España y Olimpia en una entrevista con DIEZ desde la comodidad del hogar donde se crío.
“Escogí al Lone FC porque, además de tener muchos conocidos en la institución, su presidente (Alven Lone) es una persona de bien. Estuve entrenando una semana con Oro Verde, pues vivimos en la misma colonia con el entrenador del equipo que es Carlos Tábora, quien me jaló hacia allá, pero desestimé fichar con ellos ya que era muy largo y cansado el viaje hasta Santa Rita, Yoro (1:10 horas), mientras que Lone está en San Pedro Sula”, comentó.
“No me llamó ningún equipo de Liga Nacional, solo de segunda, pues estuve parado un tiempo y eso pasa factura. Lo cierto es que mi meta ahorita es ser campeón con Lone FC para poder ascender a Primera División, jugar en la élite del país. Tengo mucho por trabajar, ya no habrá más retiros hasta el definitivo”, añadió.
Rodas está listo para dar sus primeros pasos en el fútbol tras un parón que lo pasó entre su negocio personal y divirtiéndose en los Estados Unidos. “Dicen que el talento no se pierde, aunque físicamente debo ponerme a tono, tampoco es que estoy gordo, pues siempre me he mantenido en forma haciendo gimnasio”, aseguró.
- LA ENTREVISTA -
¿Decidiste regresar porque te aburrió tu vida anterior?
Sí, siento que sí. Poco tiempo tras mi retiro, estuve entrenando con el exjugador Allan Lanín, pues vivimos en colonias cercanas. A parte que mi mamá (Iris Liliana Leiva) y mi hermano (Samy Rodas) me decían que volviera a jugar ya que me estaba desperdiciando, me inclinaron a volver, lo que considero que es una buena decisión.
¿Te arrepentís de haberte retirado?
Por veces sí y por veces no, pues pasaba con mi familia, antes no pasaba ni los cumpleaños con ellos. Uno no debe arrepentirse, a veces se pueden tomar los malos momentos, pero ahora he recapacitado y quiero volver a jugar.
¿Qué te obligó a retirarte?
Fue cuando salí del Honduras Progreso que dije ‘no volvería a pasar más’ por lo que sufrí. Inclusive, antes de llegar al Honduras yo me iba a retirar, pues en el Platense (2018) me pasó algo muy feo al ellos quedarme debiendo cuatro meses de salario y nunca los peleé, pues quería seguir jugando y solamente me dieron el finiquito para venirme a El Progreso. Imagínate el gasto que yo tenía ya que viajaba desde San Pedro Sula hacia Puerto Cortés todos los días, así como con Kevin Hernández (portero) que viajaba conmigo y le pasó lo mismo. Uno tiene necesidades y ellos no se ponían en el lugar del jugador que tiene familia.
¿De dónde te sostenías económicamente?
De mis ahorros, he sabido bien manejar mi dinero y ese es el motivo por el que me mantenía aun cuando me debían salarios en El Progreso y Platense. Pasaron muchos factores en el fútbol como compañeros que llegaban al entrenamiento sin desayunar-almorzar y era complicado porque el equipo así no rendiría.
¿Los salarios atrasados te retiraron?
La verdad que sí, de qué me iba a servir seguir jugando sin tener salario. El dinero es necesario. Los huracanes Eta e Iota dañaron a muchos de nuestros compañeros y todos brillaron por su ausencia. Solo un compañero tuvo un gran gesto de tener regalar canastas básicas a los afectados, lo que me hace pensar que todavía hay futbolistas buenos.
¿En qué momento tocaste fondo?
Me pasó algo muy fuerte. Tuve la bendición de jugar en dos equipos grandes (Real España y Olimpia), y cuando entrenábamos tenía una mentalidad de campeón ya que los demás nos habían contagiado ese pensamiento, había una competencia sana dentro del equipo, tanto en Real España y Olimpia. Ya después cuando uno cae en un equipo chico ves la realidad que han sufrido muchos jugadores. Me desmotivó pasar de jugar en Tegucigalpa a los problemas que tuve en dichos clubes.
¿Qué tan duro fue tu pasado para obligarte a colgar los tacos?
Gracias al respaldo de mi familia no tuve que pasar hambre o por problemas económicos, pero lo que me afectó fue ver el sufrimiento de mis compañeros ya que no nos merecemos que nos traten mal. En Platense y El Progreso fueron los momentos más duros de mi carrera, pero siento que eso puede cambiar para bien, aunque el fútbol local ha decaído. En el Honduras Progreso no volvería a jugar por dicha razón, pues cuando ya me trataron mal una vez para qué ir de nuevo, hasta te pueden tratar peor.
¿Cuándo fue exactamente que decidiste retirarte?
Cuando se paró el torneo por la pandemia. Teníamos tres meses sin cobrar y llegó el confinamiento y aun así seguíamos entrenando. Al jugador solo le pagan lo que dura el torneo y de remate lo cancelan, de allí para allá no hubo dinero, en todo el 2020 no hubo pagos. Es por ello que el jugador debe utilizar bien sus fichas cuando las reciben.
¿Qué solías hacer durante tu parón como futbolista?
Entrenando siempre, en el gimnasio, incluso llevé a mi hermana y se volvió adicta a ello. También me iba de vacaciones donde mis hermanos en Estados Unidos, pasando de un estado a otro, he tratado de llevar mi vida sanamente. Lo peor era no jugar.
¿Estuviste jugando en los Estados Unidos?
Sí, para qué te voy a mentir, mis amigos me invitaban y yo iba.
¿Es verdad que sale mejor económicamente jugar en ligas burocráticas que ser futbolista profesional en Honduras?
La verdad que sí. Los pagos varían de acorde a los arreglos que hagas. Allí juegan cantidades de futbolista de todo el mundo, el nivel burocrático es muy bueno, jugadores de Primera División de toda Centroamérica, así como de México, Brasil, Argentina, Portugal y España.
¿Es cierto que estuviste trabajando en los Estados Unidos?
No, no se puede trabajar ya que tengo visa de turista. Por eso me quedaba lo más poco posible, pues empecé a dedicarme a comprar carros por subastas. Con mi hermano traemos carros, los arreglamos y luego los vendemos. En plena pandemia empecé a rifármela comprando dos carros para luego revenderlos. Me va relativamente bien, actualmente lo estoy haciendo porque me gusta, siempre estoy al tanto de subastas para comprar autos. No es que me voy a hacer millonario con ello, pero me sirve para ayudar a mi familia.
¿Crees que pudiste haber tenido una mejor carrera de lo que conseguiste?
La verdad sí, tal vez de no haber tenido las lesiones, pero así es el destino que me tocó. Logré ser campeón varias veces, jugué en el equipo más grande del país (Olimpia), representé a Honduras que es algo que no tiene precio. Sin las lesiones todo hubiese sido diferente, como cumplir un sueño que era ir a los Olímpicos, donde sí fui, pero no jugué.
¿Qué lo más difícil por lo que pasaste?
Lo más triste fueron mis dos lesiones (ligamento cruzado en ambas piernas), que las más complicadas para un jugador. Había días en que no me daban ganas ni salir de la casa porque estaba desmotivado sin hacer nada.
¿Sientes mucha tristeza aún al recordar esa lesión que te impidió ir a los Olímpicos?
Sí, aún recuerdo muy bien que cuando estaba en Londres y miraba entrenar a mis compañeros me preguntaba ‘qué estaría pagando’, solo me tocaba caminar ya que tenía apenas un mes de haberme operado. Lo mismo pasaba en la habitación del hotel de concentración.
Ya para cerrar, me gustaría saber si estás pendiente del Real España, tu primer equipo.
Claro, espero que con Julio “Palomo” Rodríguez las cosas sean diferentes. Yo lo tuve de compañero en Real España y de entrenador en el Honduras, es un tipo de ley. Siempre he hablado con él, incluse cuando estaba en Uruguay, tenemos una buena amistad. A ver qué pasa con el destino, si se da la oportunidad, sería hermoso poderme retirar en el Real España.
¿Qué opinas de la actualidad de la Máquina? Son cinco años de sequía.
Es complicado, yo también lo viví en 2010 cuando tardamos tres años en ser campeón de nuevo. Ojalá pronto se den cuenta del potencial que tienen, es un equipo grande. ¿Sobre si está mal manejado el equipo? No te sabría decir ya que también es culpa del jugador, así como directivos, ya que, si el objetivo no se cumple algo mal, y para que sean 10 torneos ya es mucho tiempo.
¿Qué debería de cambiar el Real España?
Tendrían que tener una base exacta en la que, el jugador que llegue se adapte, pues así nos pasó nosotros con Mario Zanabria (campeones en 2010), todos éramos jóvenes y después de tanto aguantar, el que iba llegando se iba metiendo al grupo y así sucesivamente pudimos ser campeones. ¿Quién no va a querer jugar en el Real España si han pasado futbolistas enormes por el equipo? Algunos jugadores no saben la bendición que tienen de estar allí porque en otros equipos se pasa mal.
