Ayer lunes 1 de diciembre se confirmó la lamentable noticia de la muerte de Orinson Amaya, presidente del Club Deportivo Marathón, quien perdió la vida sus 52 años de edad en una reconocida clínica de la ciudad de San Pedro Sula.
Su familiares confirmaron que en horas de la mañana, el jerarca verdolaga se sintió muy mal de un fuerte dolor en su pecho y rápidamente fue trasladado a un centro asistencial, sin embargo, perdió la vida por un infarto fulminante.
Una de las personas más afectadas por la muerte de Orinson Amaya ha sido su madre, la reconocida dama hondureña Estelina Madrid y es que el amor de madre es incomparable, y así lo demuestra ella en cada palabra en la que describe a su hijo.
Doña Estelina, con un tono de tristeza, pero sin dejar de lado el orgullo por Orinson Amaya, le dedicó unas palabras a su hijo y relató cómo vivió esos últimos días antes de su fallecimiento, así lo hizo en entrevista para Acceso Informativo con Suly Calix.
Durante el velatorio y permaneciendo cerca de Orinson Amaya, su madre contó cómo fue el duro momento en el que se dio cuenta del fallecimiento de su hijo, quien en vida fuera el presidente del Club Deportivo Marathón.
En la entrevista, Estelina cuenta que vio a Orinson hace unos días para su cumpleaños: "Llegó él, se fue a sentar, después llegó alguien con un arreglo floral y me dice: 'mamá vaya atiéndalo'. Yo quería estar con él, los ratitos que él llegaba a platicar conmigo, era por que me quería contar del nuevo proyecto que tenía, más que andaba emocionado con lo del centenario. Fuimos a la cena, la pasamos bien, andaba muy feliz, para mi esto es un balde de agua".
Los últimos días de Orinson: "Él andaba súper feliz, porque cuando lo vimos en la fiesta de gala de Marathón, lo primero que dije yo, porque había un montón de reconocimientos y todo, y a él le tocó hablar. Dije yo, ay Diosito, dámele sabiduría, dámele paciencia, que no se emocione mucho, porque él me decía, ay no, yo no sé, a veces yo presiento que me puede dar un infarto".
¿Presentía la muerte Orinson? "La verdad que él nunca había padecido de eso, pero si por tanta emoción yo me preocupaba, por él era demasiado. Su vida era el Marathón como decía, es un hijo más para mi. Desde pequeñito era un amor con su Marathón y eso no se le quitaba".
Dona Estelina cuenta que fue un sueño para Orinson estar en la presidencia del club verdolaga: "Si, llegó de directivo y después me dicen a mi: 'eligieron a tu hijo presidente'. Yo les dije déjenlo, 'ya está grandecito, él sabrá lo que va hacer'. Dejó de ir a reuniones de fiestas con la familia porque tenía que estar presente con su Marathón y nosotros ya lo comprendíamos. No nos molestaba, porque eso lo hacía feliz".
El amor por los negocios lo llevaba en las venas y que eso se demostró hasta sus últimos días: "El sábado hizo 14 mil baleadas que le pidieron para los eventos que tuvieron en las votaciones y él encima lo comentó en el día de mi cumpleaños: 'Mamá, el domingo ya tengo instalado todo'. Yo pensé que de cada negocio iba a llevar unas mil y me dice: 'No mamá, en un solo lugar'. Él era feliz así".
Posteriormente se vino el momento desgarrador, la dura noticia: "Me dijo mi hijo Tony, mami, la manda a llamar Aracely para que vaya a la clínica, y eso le digo yo, venga, vamos, no, me dice que Orinson se puso mal. Pues yo digo, a lo mejor lo puso mal tanto estrés, y ya cuando llego, me atiende el doctor Tuky".
"Después empezó a preguntarme que si padecía de la presión, del azúcar y todo. Yo le dije que ninguna de las dos cosas. De todas maneras, vamos a tomar la presión me dijo. Me la tomó, y luego me dio una pastilla, luego se puso para sacarme sangre para ver el azúcar", expresó.
"De repente yo le digo, bueno, doctor, yo aquí no he venido a buscar consulta, yo aquí vengo a ver a Orinson. Ahorita lo están atendiendo, me dijo. Le digo yo, bueno, pero yo quiero verlo. Después empecé a sentirme mal porque ya no me gustaba, que yo miraba a la esposa de él, que no lloraba, pero la miraba triste, y la cipota de la mayor afuera, que cuando me vieron ir a mí, pues, disimularon bastante, pero a la madre nunca la engañan, mi corazón me daba que algo estaba pasando".
"Entonces ya me abrazó el doctor, y me dijo, Estelina, Orinson murió. ¿Cómo?, le digo yo. Cuando llegué lo abracé, y estaba todavía calientito y como que sonrió conmigo, y yo no me quería quitar, porque parecía que me miraba y se levantaba de aquella cama".
Así describe al "Presi": "Era un muchacho incansable, trabajador, creativo, inteligente, que era lo que él no tenía. Él tenía muchos proyectos".
Orinson Amaya permanecerá hasta mañana miércoles en la sala de velatorio de Jardines de Recuerdo y mañana harán un recorrido por algunos lugares insignes en la historia de Marathón, para posteriormente enterrar el cuerpo en un cementerio sampedrano.