Doña Hortensia James, madre del jugador de Marathón Glen Mitchel Brown, es aficionada del Vida, de las de corazón. Pero este sábado dejará la camiseta roja para ponerse la verde, y no es para menos, porque su hijo estará en la final ante Olimpia.
Desde La Ceiba le envía todas las bendiciones y recuerda que ya en una ocasión, “Mitch” le hizo una trastada a los merengues.
“Todos mis hijos me han dado alegrías en distintas formas. Pienso que se puede ganar, Mitchell una vez le metió tres a Olimpia cuando era jugador del Victoria”, recordó. Ese partido terminó 3-1 en La Ceiba y fue en el Clausura 2005.
Cuando era niño no fue muy inquieto, pero tenía su carácter, siempre fue especial con ella y por eso la llamada antes de cada partido nunca falla.
“Ya cuando él está concentrado es cuando le mando sus bendiciones, siempre hablamos antes de cada partido, yo lo pongo en manos de Dios.
De niño era bien retraído, no era muy inquieto, estaba tranquilo en su casa, siempre jugando al fútbol, hasta que empezó a estar en el colegio fue que comenzó a tener sus amigos. Una señora una vez me dijo que yo iba a comer de los pies de mi hijo porque era un gran jugador, y así fue”, mencionó.
La progenitora le recuerda a Brown que la carrera de un jugador es corta y por eso debe estar preparado para otras actividades en la vida.
“Yo quisiera que termine sus estudios de colegio porque el fútbol tiene un tiempo limitado, él estaba en carrera cuando lo emocionaron para que se fuera para Italia, pero quiero que esté relajado y sentado en algo, que supiese que de eso va vivir”, indicó.
EL DÍA DE LA MADRE
“Él le ha dado mucho a sus equipos, pero hay tiempos en que el estrés lo pone pensativo. Ahora está muy maduro, antes era bien agresivo, no aceptaba que le dijeran nada, los años no pasan en balde. Siempre fue bien cariñoso, tiene esa especialidad conmigo”, expresó.
Y sobre su gran día, expresó: “El domingo lo espero para que celebremos el Día de la Madre con un triunfo en la mano”.
Luego recuerda: “Ese Mitchel es una bomba, cuando estaba en Italia le decían el huracán Mitch porque desde que llegó entró goleando”.