El padre es el ejemplo para sus hijos, es por eso que muchos le siguen los pasos y deciden emprender la misma carrera porque ven un espejo. Esta es la historia del entrenador del Real España, el argentino, Héctor Vargas, quien tiene a su hijo, Eric, como su mano derecha en los análisis de juego de los rivales, además de otras estrategias.
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Eric es asistente técnico en la máquina. GOLAZO los reunió y el León de Formosa nos cuenta la faceta como padre. ¿Es como lo vemos en la cancha? El sudamericano hace algunas revelaciones. Es padre de seis hijos, tres nacidos en Argentina y tres en tierras catrachas.
LA ENTREVISTA
¿Qué nos puede decir de su hijo Eric ahora que lo tiene como asistente técnico en Real España?
En la última etapa de mi carrera que fue a partir de Platense donde vino a acompañarme con la posibilidad de jugar al fútbol en 2009, no era virtuoso del fútbol que pensamos y lo inclinamos a otro lugar. A partir de que tomé al Victoria, me daba información del equipo y después se convirtió en asesor de datos y crecimientos. Me sirvió mucho porque me impulsaba a conocer y tratar de que el fútbol había cambiado. Gran parte de mis logros, él tiene parte. Hemos estado cercano con información de los equipos rivales, tanto en Olimpia, Marathón y ahora.
¿Eric, qué aprendiste de tu padre?
He aprendido de detalles invisibles como la disciplina que es desde llegar temprano. Yo tengo ojos chiquitos pero veo todo. Veo la cancha, detalles de los jugadores. Una vez en pretemporada con Victoria teníamos a préstamo a Jonathan Centeno del Olimpia y los jugadores no entienden las indicaciones, solo quieren entrar y jugar. Me dijo -Héctor Vargas- decile que tiene que hacer un 1,2,3,4,25,32, ¿entendiste, le dije? Y me responde, sí, sí, sí. Entra, dale, le dije, pero no entendió nada, esos detalles voy conociendo.
¿Profe ahora que lo tendrá a su lado, qué siente?
Está cerca, estuvo estudiando periodismo deportivo y la carrera de técnico y ahora lo tengo conmigo.Estamos permanentemente hablando del tema y eso me pone muy contento.
¿Qué recuerdos tiene cuando dejó a sus hijos en Argentina para venir a Honduras y quedarse?
Eric es el más pequeño de mi primer matrimonio y siempre fue muy pegado conmigo, estuvo cerca conmigo. Nos comunicamos cerca más cuando se trataba de fútbol y ahora que tiene 33 años y está trabajando conmigo en este proyecto.
¿Cómo se considera como padre usted profe?
Demasiado consentidor. Nunca le he pegado jamás a mis hijos, soy de hacer bromas con ellos, concentirlos. Los seis que tengo son la luz de mi vida porque vivo en contacto con ellos cuando puedo porque el trabajo me lo impide a veces, pero soy muy consentidor como padre.
¿Cuáles son los mejores recuerdos que tiene como padre?
Todos los nacimientos de mis hijos, son seis y disfruté cada nacimiento como si fuera lo único. También el hecho de conocer a mi esposa con la que realmente vivo momentos hermosos desde hace 26 años.
¿En qué considera que ha fallado como padre?
Me perdí casi todo lo extraordinario de mis hijos por trabajar. Los últimos 10 años han sido de bendición de trabajo. Me acuerdo que Mathías, el más pequeño se graduaba de kinder y nos fuimos a Tegucigalpa, al día siguiente entrenaba por la tarde y estuvo hasta las 11.30 am para comer algo, luego volé para San Pedro porque entrebaba a las 3.00 pm. No me quería perder ese momento porque antes no estuve en cumpleaños.
¿Al tener tres hijos argentinos y tres catrachos, qué cultura les induce?
Tengo tres y tres, ellos se adoran. Tengo una nieta de 8 años y mi hijo de 7 años y se hablan en videollamadas, el tío con la sobrina. Es algo lindo porque los escucho, luego verlos disfrutar. Son hermanos, no hay diferencia, el amor existe en Argentina y Honduras, lo bueno es que la sangre se siente bien.
Algunos jugadores lo ven como padre futbolístico en Honduras
De muchos. Algunos futbolistas me llaman papá, en declaraciones. Michael Chirinos cuando venía de México, paraba en San Pedro Sula para ir a cenar conmigo. Alberth Elis cuando viene me invita a almorzar y me trae camisetas. Yo no lo hago públicamente. Carlo Costly me dice papá porque cuando va a hacer algo me consulta. Lacayo y Darixon Vuelo igual son como mis hijos porque Eric los descubrió cuando estábamos en Victoria.
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Anécdotas de estos jugadores que lo ven como padre.
A Darixo Vuelto, le daba pasaje para irse a Sambo Creek, Eric me decía, Darixon no tiene para comer y le daba plata. Con ellos me peleo en la cancha, pero afuera de la cancha me demuestran afecto y yo me considero como un padre para ellos . A Dani Turcios lo miré venir en chancletas cuando estaba en la Universidad y despues lo miré en carro de lujo. Lacayo llegaba en bicicleta a la sede del Victoria y ahora lo mirás, como creció, es algo que me agrada.
¿Algunos le han agradecido?
Sí. Muchos me cuentan que ellos comentan. A Bayron Méndez le ayudé con un problema de un carro que compró que no lo podía retirar, yo le di dinero.
¿Se considera padre de algunos técnicos?
Algunos me llaman y me piden consejos, como Wilmer Cruz, charlaba con él, Israel Canales, Nerlyn Membreño. Ahora el Gallo Mariano, Chato Padilla que hemos tenido esa conversación pero trato de hacerles ver en lo que yo me equivoqué para que no se equivoquen.
¿Y el doctor Salomón Nazar?
También, hablamos mucho. Yo le hacía bromas cuando estaba en Marathón porque nunca me pudo ganar. Estoy agradecido con el doctor porque en los 23 años que tengo en Honduras, siempre me ha hablado y de hecho, hay un traslado de mi hija que estudia medicina y quiere venirse de Tegucigalpa a San Pedro Sula, y él me está ayudando. Allí pidiéndole favores, pero dentro de la cancha sino le hago favores, allí siempre trato de ganarle.