Rudy Williams es un experto con la brocha y el rodillo en sus manos. Ya no usa la camisa de Olimpia, como en su mejor época de futbolista, ahora utiliza pantalones beige, aunque muy colorido debido a tanta mancha de pintura, gorra y un par de tenis todos desgastados.
Luce cansado, pero nos es por correr atrás de un rival o como cuando ganaba la línea de fondo y enviaba buenos centros, está agotado, pero de tanto pintar una hermosa casa de la capital.
Esa es la nueva vida de Rudy Williams. El ex jugador de Olimpia y la Selección Nacional vivió hace un tiempo en Estados Unidos, volvió al país y se dedica a la pintura de brocha gorda.
“Mi labor es pintar casas por dentro y por fuera. Este oficio lo aprendí en Estados Unidos y lo hago con amor, como cuando jugaba fútbol”, comenzó contando Williams.
“En la pintada de casas se trabaja para pasar la vida, muchos clientes dicen que cobro muy caro, me miran como un futbolista y no creen que soy bueno pintando, pero cuando termino los trabajos cambian de opinión”, relata.
SUS INICIOS EN LA PINTADA
El ex lateral hondureño no olvida que cuando tuvo que terminar su carrera como futbolista, no sabía de qué iba a vivir y por eso decidió irse para Estados Unidos y terminó quedándose como un ilegal más.
“En Estados Unidos lo que uno desea es trabajar, tenía hijos que mantener y la primera oportunidad que tuve fue de pintor, me consiguió el trabajo Luis Medina y el ‘Pollo’ Galindo, quienes me enseñaron todo”, confió.
“Lo primero que me decían era que no tenía que platicar con nadie en las horas de trabajo, los primeros días me costó mucho porque trabajamos todo el día bajo el sol”.
Rudy estaba ganando muy bien en Estados Unidos, pero de repente decidió regresar a Honduras.
“Me fui con visa para Estados Unidos, se me venció y me quedé ilegal, allá es difícil eso porque si no tienes papeles te molestan en todos lados. Cuando la “migra” llega a los trabajos uno se tiene que esconder, se siente mal ser ilegal en otro país porque es como si uno fuera delincuente y no es así, por eso decidí regresarme a Honduras”, explicó.
DE 10 DÓLARES A 12 LEMPIRAS
Williams, ahora especialista en pintar casas, reveló que esta profesión no es bien pagada en Honduras, pero sí en los Estados Unidos.
“Empecé ganando 10 dólares la hora en Estados Unidos, cuando nos pagaban nos emocionábamos porque era mucho dinero, pero igual nos comíamos 12 horas de trabajo bajo el sol”, contó.
“En cambio en Honduras, se paga 12 lempiras el metro por pared pintada. Muchos me dicen que estoy bien pagado, pero la verdad es que debería de ganar 20 ‘pesos’ más o menos”.
Rudy pasa muchos meses sin trabajar porque la demanda de clientes no es como en Estados Unidos.
“Lo complicado de pintar es que hay meses que no sale nada, pero cuando tengo lo hago bien, algunas veces paso mucho tiempo en casa y no me ajusta con el dinero que gano, me toca apretar la bolsa”, confesó.
Williams trabaja más de ocho horas al día, de 7:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde.
COME LO QUE PUEDE
El ex jugador del Albo no olvida sus momentos como futbolista y no duda que ahora sufre más porque tiene que trabajar duro día a día para comer y a veces sus alimentos son escasos.
“Por la mañana me tomo mi café con pan, como la mayoría de los hondureños, tipo nueve, un mínimo maduro y a las 12:00 los sagrados alimentos del almuerzo, cuando no traigo, pues me toca comer pan con queso y fresco”, expresó.
“Recuerdo que estuve pintando una iglesia y no había donde buscar comida, ese día compré una bolsa de pan blanco y dos aguacates, comí rico”.
Pese a todas las dificultades, Williams no se siente menos que nadie y dejó claro que está orgulloso de ser un pintor de casas.
“Estoy orgulloso de lo que hago, no me da vergüenza, porque la vergüenza la debe tener el que roba, si me ponen a trabajar de barrendero lo hago porque es digno”, manifestó con seguridad.
NO SE ARREPIENTE
Rudy desea, como muchos futbolistas, que cuando se retiran pueden disfrutar de la vida gracias a todo el dinero que ganaron, pero él no tuvo esa oportunidad porque nunca fue bien pagado.
“No me duele trabajar de pintor porque todo tiene su fin, hoy los jugadores tienen unas oportunidades para salir al extranjero y nosotros no la tuvimos. Antes uno ganaba para alimentarse bien o para ahorrar un poco y yo siempre pensé en comer y tener a mis hijos en buenas escuelas y no me quejo porque siempre di todo por mi familia”, señaló.
“Yo comencé a ganar más dinero cuando me iba a retirar. Mi primer sueldo en Olimpia fue 600 lempiras y lo más que gané fueron 2 mil en 1995”, comentó.
Lo que sí tiene en la mente el ex lateral izquierdo es que aunque pasen los años, siempre serán recordados por los miles de olimpistas gracias a que defendieron de buena forma la camisa del histórico León.
“Antes uno se debía bastante a la afición, jugábamos por ellos y era lo más importante. Todos iban a vernos jugar al estadio”, recordó.
EL PERFIL DE RUDY
Nombre: Rudy Alberto Williams.
Nació en: 25 de agosto de 1965.
Trayectoria: Debutó como delantero con el Vida en 1983, donde estuvo hasta 1987. Desde 1988 hasta 1999 fue parte de Olimpia, donde ganó cinco títulos de Liga Nacional, uno de Concacacaf y tres Centroamericanos. Además, fue subcampeón interamericano al perder contra el Nacional de Uruguay.
SUS MEJORES MOMENTOS
10 de enero de 1990
“Recuerdo que anoté el gol de la final ante Real España, fue el que dio el décimo título en la historia de Olimpia”.
En la uncaf de 1995
“Ese día marqué el gol en la final contra Costa Rica, quedamos empatados 1-1 y ganamos en penales”.
en la selección nacional
“Fui parte de la eliminatoria de 1994, pero no titular”.
EL PENAL ANTE MOTAGUA
Su fallo en la gran final de 1999
“Recuerdo que fallar ese penal contra Motagua fue lo más triste en mi carrera, quedó marcado en mi vida, siempre será recordado porque le dio mucha alegría a los motagüenses y tristeza a los olimpistas. Nadie quiere botar un penal, pero es la ley de la vida. Recuerdo que me tuve que ir para El Salvador una semana para superarlo porque había mucha presión en el país”.
¿Qué es más difícil, pintar o jugar?
Las dos cosas porque en el fútbol hay que evolucionar y en la pintura también porque se tienen que hacer cortes en las paredes y eso no es fácil.
¿Le costó aprender a pintar?
Uno solo lo hace en su propia casa, recuerdo que le metía pintura de aceite a las paredes del interior y ahora que puedo profesionalmente aprendí que es tóxico. Tenía deseo de aprender para ganar dinero.
¿El mejor momento de su vida?
Haber estado 12 años en Olimpia y tener la posibilidad de jugar esa final interamericana contra el Nacional de Uruguay. Fue muy lindo”.