Este no es un problema que se da por primera vez, sino algo típico en las delegaciones hondureñas en todas las categorías, pese a que el país ha tenido importantes ingresos de la Fifa por su participación internacional. También pasó con el equipo adulto que resultó campeón de Uncaf en 2011.
En el Congreso de la Fenafuth realizado en julio pasado en Tegucigalpa, decidieron cambiar la legislación por la cual para ser jugador de la Liga Mayor había que tener entre 16 y 24 años y se permitía cuatro refuerzos entre 25 y 29 años.
Ahora determinaron que se puede jugar en dicha tercera división con futbolistas de hasta 30 años, lo cual significa que los equipos están contratando gente mayor y esa división, que debería servir como semillero para los equipos de segunda y primera división, se está convirtiendo en una liga de veteranos para futbolistas que irán ahí a terminar sus carreras, lo cual me parece inconcebible y retrógrado.
Como ejemplo, el “Muñi” Ruiz, de 30 años, está jugando con el Club Deportivo Las Mercedes, en el departamento de Atlántida, contra muchachos de 18, 19 o 20 años que integran los equipos que siguiendo el espíritu formativo ahora se encuentran en desventaja competitiva.
LA SELECCIÓN DE HONDURAS
La forma de mercadear los partidos de la Selección sigue siendo muy mala y así vimos cómo dos partidos jugados en la fecha Fifa de este mes en Tegucigalpa y San Pedro Sula le generaron déficits a la Fenafuth al poner precios muy altos y horarios inadecuados.
El jueves 8 que fue feriado nacional jugaron de noche, pudiéndolo hacer de día y en ambos encuentros partieron de un precio de Lps 200 para la tribuna popular, un valor que ni siquiera se pagó en juegos eliminatorios por un pueblo que en su mayoría no tiene dinero ni siquiera para alimentarse.
La gente ambos días tuvo a su disposición partidos por televisión de otras competencias internacionales donde el fútbol es más emocionante. Aunque al final terminaron cobrando Lps.100 por la entrada más barata, a ambos encuentros solo llegaron 5000 personas y los motivos deben ser analizados por profesionales y no en forma empírica como ha sido lo habitual.
Por otro lado en columnas anteriores hemos criticado el hecho de que varios partidos de la Liga Nacional se siguen atrasando porque los equipos no saben el color de la camiseta y de la calzoneta que van a utilizar en sus encuentros y llegan al comienzo de los mismos con coincidencias de colores.
Les hemos dado direcciones electrónicas de la liga costarricense de la cual pueden aprender observando cómo desde que se calendariza aparecen los colores con los que cada club va a jugar, sin embargo les entra por un oído y les sale por otro y hace ocho días en Juticalpa, Platense tuvo que jugar con las calzonetas del equipo local después de 37 minutos de atraso del encuentro.
Recordemos también que ante una pequeña revuelta originada hace tres semanas en el estadio del Marathón recurrieron al gas lacrimógeno para controlar la situación, siendo que esa es una medida extrema puesto que afecta a todas las personas que se encuentran en el recinto incluyendo niños y mujeres que no tienen nada que ver con los actos de indisciplina.
Una persona que se mira expuesta a las lágrimas, a la tos y al estornudo que producen estos gases difícilmente regresa a un espectáculo porque se trata de una experiencia traumática.