Cuando mejor estaba jugando el Real España, el portero Luis Buba López volvió a convertirse en villano. De forma increíble, el guardameta le entregó en bandeja de plata una pelota muerta que habilitó al cuadro merengue.
Corría el minuto 39 cuando en una jugada de contragolpe, Olimpia presionó el área rival, la pelota estaba saliendo del campo para convertirse en tiro de esquina, pero en su afán de evitar la jugada, Buba López se barrió a cortar la acción habilitando a José Mario Pinto.
El centro enviado desde la izquierda por Pinto, llegó a la cabeza de José Julián Martínez, quien se levantó y sin portero, puso el empate para los merengues y silenciar el Morazán. Esto fue vitamina para los merengues que pasaban momentos de apremio.
Lo más increíble es que el guardameta aurinegro apenas era su primera gran intervención. El guardián se llevó las manos a la cabeza lamentando y sintiendo la culpa por la anotación que complicó a sus compañeros y bajaron el ánimo.
Real España se había puesto a ganar con un golazo de Jack Jean-Baptisté, mantenía el dominio y Olimpia era un manojo de nervios, pero este grave error del Buba lo condenó y complicó. Es una jugada que marcará sin duda el rumbo de esta gran final.