El jugador de 22 años no podía jugar con Dynamo hasta solventar su estatus migratorio y le informaron que sería hasta 2019 por lo que decidió no esperar y probar suerte en el Vida de La Ceiba.
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Este jueves el joven logró encontrarse con su madre, doña Iveth, quien viajó más de seis horas, desde el oriente de Tegucigalpa hasta La Ceiba con tal de volver a ver su hijo.
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'Gracias a Dios que me ha dado la oportunidad de ver nuevamente a mi familia, por mi mamá me vine apra Honduras, estoy emocionado y alegre por todo lo que me ha pasado en la vida', cuenta Moya quien fue tomado en cuenta por Jorge Luis Pinto para entrenar con Honduras en Houston.
Moya se volvió a encontrar con su familia después de muchos años.
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