“Terquedad y perseverancia” son las dos palabras que mejor definen al entrenador de boxeo Julián el “Tigre” Solís, quien trabaja arduamente para lograr que Honduras tenga un segundo campeón mundial del pugilismo, y de igual manera, gane su primera medalla en los Juegos Olímpicos.
El laureado técnico de la disciplina de los guantes y los golpes abrió las puertas del gimnasio 1 de la Villa Olímpica (espacio donde prepara a los nuevos pugilistas nacionales) a Diario Deportivo Diez para contar la estrategia con la que espera alcanzar sus principales metas.
Autoridades comprometidas
De acuerdo a Solís, el líder del Comisionado Nacional del Deporte (Condepor), Mario Moncada, ha mostrado total disposición en resaltar el boxeo nacional con el que se busca incentivar a los jóvenes para que lo practiquen.
“Gracias a Dios ha llegado una nueva persona, don Mario Moncada, y desde un principio cuando nosotros le hicimos la solicitud (...), nos dijo que él iba a apoyarnos.”, inició narrando el profe Julián.
Segundo título mundial
La consecución del título y la medalla ha generado enormes expectativas en los que aspiran a ser los protagonistas de una historia que aún está por escribirse.
Uno de los actores principales de esta utopía que podría convertirse en una realidad es el pugilista Gerardo el “Chocolate” Sánchez, considerado el mejor peleador hondureño (por nacimiento) de la actualidad.
Como toda gran hazaña, el proceso para lograr el campeonato mundial es muy duro, requiere de enormes esfuerzos y sacrificios, sin embargo, esto no es impedimento para un “Chocolate” que confía en endulzar el paladar de una sociedad cansada de amarguras.
“El profesor Julián Solís para mí es como un padre (...), él es quien me abrió las puertas y confió en mí desde un inicio (...). El objetivo principal en mi carrera es convertirme en campeón mundial. Ser el primer campeón mundial 100% hecho en Honduras”, expuso el pugilista hondureño, el “Chocolate” Sánchez .
La firmeza con la que habla Sánchez en relación a su objetivo principal genera que todo aquel que se acerque a conversar con él, se llene de optimismo e ilusión que Honduras pueda tener en los guantes del “Chocolate” un segundo campeón mundial.
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“Gerardo es un boxeador con un gran dote, gran disciplina, y un gran talento (...). Hace seis meses él tuvo un guanteo (pelea de entrenamiento) con el campeón mundial Félix el “Gemelo” Alvarado, y el mismo entrenador de Félix Alvarado me dijo: “ese muchacho si lo saben llevar en dos años lo pueden convertir en campeón mundial”, resaltó el técnico del “Chocolate”.
Medalla a la vista
El “Tigre” Solís mencionó que es un “soñador”, y vaya que lo és. Además de título, el profe Julián aspira a ser recordado como el hombre de las proezas del deporte nacional con la consecución de la primera medalla olímpica de la historia para Honduras.
No obstante, el impulsor de este proyecto es realista y afirma que esto no será tarea fácil de alcanzar.
“Esto (la obtención de una medalla) se planifica a mediano plazo, el ciclo olímpico son cuatro años (...).Tengo esa gran misión, hacer las bases para desarrollar boxeadores que lleguen al ciclo olímpico (...). Le digo a mis pupilos: “hay que buscar quedar en los libros de historia del deporte hondureño”. ” resaltó el ambicioso entrenador.
Teofimo López
En los Juegos Olímpicos de Río 2016, el reconocido peleador de raíces hondureñas Teofimo López, quien en su momento fue campeón mundial, representó al país centroamericano en la disciplina del boxeo, sin embargo, no tuvo una participación destacada.
Tras su primer combate, Teófimo siempre ha demostrado su cariño por el país de sus padres, por ello, en cada una de sus peleas porta la bandera de las cinco estrellas.
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Teofimo “es un tremendo boxeador que ha sido campeón mundial. En su momento le ganó al mejor boxeador libra por libra que fue -Vasyl- Lomachenko, y tuvo cuatro cinturones- de campeón-. Eso es algo histórico, y es bonito saber que es un boxeador hondureño”, valoró el “Tigre”.
Su sueño anhelado
No cabe duda que el gran Julián Solís es un líder soñador que anhela así como todos los hondureños ver la bandera nacional ondear en los más altos y mejores escenarios. Lograrlo no será fácil, mas la “terquedad y perseverancia” con la que suele trabajar seguramente lo llevará a conquistar grandes logros.
“Soy un soñador, yo me acuesto y me miro en Las Vegas, Nevada con mi pupilo levantando un cinturón”, cerró el entrenador Solís, convencido que algún día ese su sueño se hará realidad.