Novak Djokovic no solo se come con su juego a sus rivales, también la cancha. Literalmente. No es la primera vez que Novak Dojokovic prueba el dulce sabor del pasto de Wimbledon, en él ya se ha vuelto una tradición cada vez que gana un título sobre el gramado inglés.
Hoy repitió su ritual de comerse el césped luego de vencer en la final a Roger Federer. 'El sabor es muy, muy bueno aquí', dijo Novak Djokovic, provocando risas en los aficionados.