Champions League

Barcelona empató contra el Inter en un partido de locos y el boleto a la final de Champions está en el aire

El boleto por la gran final del cermen se disputa el próximo martes en tierras italianas.

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Barcelona
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2025-04-30

Más que un partido de fútbol, Barcelona e Inter de Milán parecieron compartir un concierto de rock and roll en una maravillosa semifinal de Champions League, un partido eléctrico que acabó 3-3 y lo dejó todo abierto para la vuelta en Italia.

Tuvo que remontar el Barça un 0-2 y un 2-3. El empate fue un premio a la persistencia de los azulgrana y a la puntería del Inter. El encuentro lo tuvo todo, también un protagonista esperado: Lamine Yamal, que anotó un tanto en su partido 100 como barcelonista, con sólo 17 años y 291 días.

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Fue un ejercicio de contundencia y de fe. En las sensaciones, ganó el Inter desde el segundo 37. Encajó el Barça el gol más rápido de la historia de una semifinal de la Champions, no podía empezar todo tan mal. El tanto fue una fantasía, un taconazo de Marcus Thuram que paralizó a Montjuïc.

El 0-1 fue un mazazo, pero este Barcelona ya había demostrado una capacidad de resiliencia en escenarios hostiles, y hoy lo volvió a hacer.

Entre el 0-1 y el 0-2, en los dos primeros remates del Inter, pasaron 21 minutos. El segundo tanto fue un saque de esquina que descolgó Acerbi y Dumfries cazó un remate de tijera. Pero el Barça no bajó los brazos y Lamine Yamal se echó el equipo encima.

Y eso que el extremo tuvo que retirarse del calentamiento por un supuesto problema físico. Tras el 0-1, Ferran Torres no aprovechó un servicio de Lamine en el 12'. Íñigo no llegó a un saque de esquina servido por Raphinha y el 'Tiburón' remató junto al palo izquierdo de la meta de Sommer.

Pero es que con el 0-2, el Barça siguió creyendo. Lamine se encargó de recotar distancias con un golazo de zurda: puso el balón con rosca al palo derecho de la meta interista (1-2, min.24).

Fue un tanto para la historia en su partido 100, el primer menor de edad que anotaba un gol en una semifinal de Champions, pero a él no le pareció nada extraordinario. Y es que su fútbol contagió al resto del equipo, justo cuando dos minutos después, en otra acción de fantasía, superó a Di Marco y el balón acabó en el travesaño.

Se animó el equipo azulgrana y tuvo miedo el Inter, un equipo curtido en mil batallas, pero que seguramente no había visto un delantero igual. Dani Olmo, excelso entre líneas, tuvo dos buenas ocasiones en apenas seis minutos, pero Sommer estuvo a la altura en el 30' y en el 36'.

Se mascaba el gol del empate y llegó. Un centro de Pedri sobre Raphinha y otra nueva asistencia del brasileño, esta vez para Ferran Torres que igualó en el 38'.

Antes del descanso se rompió Kounde (entró Eric García) y también se lesionó Lautaro Martínez, que aguantó hasta el descanso y fue sustituido por Taremi. Pese al 2-2, la sensación era que lo peor había pasado para los de Hansi Flick, que marcaron dos goles en 20 minutos a un equipo que había encajado solo cinco en toda la competición.

Recompuso el alemán su equipo. Puso en juego a Araujo por Gerard Martín y pasó a jugar con cuatro centrales: Eric e Íñigo en los laterales; el uruguayo y Cubarsí en el eje.

Y el Barça, sin tanto vértigo, pareció tomarse un respiro. Se sintió cómodo con el balón, pero no tenía tanto desborde. Lamine no fue tan protagonista, pero los de Flick se sentían bien.

Hasta que en el tercer remate a puerta de los interistas llegó el 2-3, de nuevo un saque de esquina y otra vez Dumfries fue el más listo con un remate de cabeza en el 63'.

De nuevo le tocaba remar al Barça, esta vez fueron dos minutos para igualar, los que tardó para el 3-3. Fue una acción de estrategia a la salida de un saque de esquina, sirvió Olmo, dejó pasar en la frontal Lamine y el latigazo de Raphinha dio en el travesaño y en la espalda de Sommer (3-3, min. 65).

En la parte final del partido, todos subieron las pulsaciones. El Inter se sintió cómodo en las transiciones y anotó otro gol más, por medio de Mkhitaryan, anulado por el VAR en el 75' y Raphinha también tuvo una buena oportunidad en una falta directa al 77'.

Pero aún faltaba el último truco del mago Lamine, que se inventó una vaselina imposible y el balón se estrelló en la cruceta al 88'. Hasta el final, estuvo más cerca el gol del Barça. La tuvo Raphinha, en una gran intervención de Sommer, pero nada cambió. Todo se decidirá en una semana en el Giuseppe Meazza.