Sentado en una silla en la casa de su hermano menor, Jimmy Bailey, Roberto, de 64 años de edad, se quita los anteojos, habla suave y narra el drama punto por punto. 'Es algo que no esperaba, casi no duermo y paso pensando en que pasará después', contó a DIEZ el ex jugador de Marathón y de la Selección Nacional.
El ex mundialista con Honduras en la Copa del Mundo de España 1982, en diciembre se retiró del trabajo y ahora vive bajo el techo que le brinda su hermano, también ex jugador y seleccionado nacional. 'Mi vida ha dado un giro y estoy sumamente preocupado', confiesa.
'Me estoy fortaleciendo de Dios porque él no lo desampara, uno es el que se aleja de Dios. Yo pienso que ojalá que Dios me de tiempo para operarme y salir de esto y pensar que esto que vivo es solamente una pesadilla', confiesa el Robot sosteniendo en sus manos una foto del Mundial de España donde aparece con sus ex compañeros.
'Siento que esto es un mal sueño, yo ya quiero salir de esto para dedicarme directamente al señor. Yo me retiré de mi trabajo y ahora vivo de la gracia del señor porque enfermo no puedo trabajar', enfatiza el Robot.
Y sigue narrando: 'Mis noches son... me dan pastillas para poder dormir, a veces no quiero tomarlas porque como me levanto cada rato a orinar, no quiero terminar estropeando algo. Prendo la televisión para distraerme y olividarme de lo que paso', comentó.
Roberto quien fue el primer héroe de Marathón, aquel que terminó con la sequía de un equipo que tenía nombres de grandes jugadores en los años 50 y 60 pero que nunca ganaron nada, pero con su llegada en 1979, les dio el primer título al anotar a Motagua los dos goles de ese primer campeonato, uno en la ida y el otro en la vuelta, ambos ingresando de cambio.
'Por ahora solo he recibido la visita de ustedes los periodistas, así es eso aquí no hacen eso de honor a quien honor mereces, aquí si estás fregado tienes que ver tu como sales de eso', dice.
'Nadie se ha pronunciado, pero yo solo le pido a Dios, es el único y el día que me tengo que operar saldré de esto. Como lo he dicho, si alguien me quiere ayudar es bienvenido, pero no voy a dar lástima a nadie', explica el ex futbolista de Victoria, Marathón y Olimpia.
'Dios es grande y se que algún día volveré a un estadio a tener una remembranza que uno tuvo un tiempo de levantar la afición de la gradería, que bonito. Aunque ahora asustan en los estadios', confiesa el Robot al tiempo que muestra la cinta cinematográfica que realizó el entrenador Chelato Uclés.
