Anna Martín, la jueza que investiga el caso de Dani Alves y que dictó prisión sin fianza para el brasileño, redactó en su informe que “existen indicios mucho más que suficientes” para considerar que la madrugada del 31 de diciembre se produjo una agresión sexual en la discoteca Sutton de Barcelona.
El crudo testimonio de la joven que denuncia a Dani Alves por agresión sexual
La información ha sido publicada por las fuentes consultadas de El Periódico, dejando por escrito esa valoración antes de señalar que la instrucción acaba de comenzar y que, en consecuencia, nada es seguro.
Por su parte, Cristóbal Martell, abogado de Alves, presentó esta semana un recurso contra ese auto de encarcelamiento preventivo.
Se trata de un texto de 24 páginas que debe convencer a la Audiencia de Barcelona de que no existe riesgo de fuga por parte del jugador y que debe consentir que Dani espere en libertad que se produzca la celebración del juicio, que puede tardar uno o dos años en llegar.
El defensor legal esgrime diversas razones por las que Alves no tiene motivos para huir: su arraigo en España o el hecho de que viajó desde Canarias para citarse con los Mossos d’Esquadra, entre otros.
Pero lo que hace también es cuestionar que la carga de prueba que existe contra el futbolista sea tan contundente como afirman los Mossos, la fiscalía, la acusación particular o la propia jueza en el auto.
A la Audiencia de Barcelona, para valorar si es o no pertinente la medida de prisión preventiva, también le tocará valorar si los indicios recabados hasta la fecha son o no mucho más que suficientes como considera la magistrada del caso.
Martell tilda de “tendenciosa” la investigación de las autoridades y cuestiona a Anna Martín por tomarla de forma “acrítica” y “poco cuidadosa”. Sin embargo, de todos los indicios que han valorado el resto de las partes, el abogado únicamente señala la interpretación que han hecho de la grabación de las cámaras de seguridad en los instantes previos a la supuesta violación.
Según el recurso presentado contra el encierro de Alves, un visionado “desapasionado” de esas imágenes muestra que la víctima y sus amigas comparten con el jugador y un amigo esa madrugada, en el reservado de la discoteca Sutton, “en una ambiente lúdico y festivo”.
Después el brasileño se dirige al baño y un minuto y 36 segundos más tarde es la denunciante, sin que Alves “le franquee el paso” o le “abra la puerta”, quien accede al citado baño. Martell dice que la joven había descrito ese ambiente previo de forma hostil e “intimidante” por parte del futbolista.
El recurso de Alves sostiene también que la víctima puede haberse valido de la “misma distorsión narrativa” para describir lo que ocurrió en el interior del baño durante 16 minutos, un intervalo de tiempo que transcurre lejos de las cámaras.
Desde El Periódico remarcan que esa grabación de las cámaras a la que alude Martell no es incompatible con el relato de la víctima porque esas imágenes también parecen dar la impresión de que Alves está de pie junto a la puerta del baño y que es entonces cuando, según la joven, el futbolista hace los gestos de forma insistente para que ella lo siga al interior del lavabo.
