En conversación con Sky Sports, el jugador del Inter, reveló qué sería de su vida actual si no hubiese llegado al profesionalismo.
'Si no hubiera sido futbolista, habría sido asesino. Vivía en una de las favelas más peligrosas y allí había drogas y armas. Dejé aquella vida para perseguir mi sueño', comenzó diciendo el ex Galatasaray.
LERR: LA DURA INFANCIA DE CARLOS TÉVEZ EN ARGENTINA
Sobre lo mismo, agregó que 'a veces iba al entrenamiento y a la vuelta alguno de mis amigos había muerto. Tenía que decir sí al fútbol o una mala vida. Le dije sí a una vida diferente'.
También, destacó a quienes han sido pilares fundamentales de su vida, Felipe Melo no dudó en poner en ese cetro a su esposa y su padre.
'Cuando conocí a mi mujer nació otro Felipe Melo. En Gremio me gastaba siempre todo el sueldo y llevaba una vida extraña. He tenido tres hijos con ella y con mi familia he conquistado todo lo que tengo ahora. Después de Dios, ellos son lo más importante', aseveró el brasileño.
Finalmente, y sobre su relación con su padre, el jugador 'neroazzurro' sentenció que 'él, que a menudo hacía doble jornada de trabajo, dejó su empleo y empezó a llevarme a los entrenamientos. A veces le daba un poco de mi desayuno. Cuando tenía diez años, era solo un niño que quería jugar con los amigos y me preguntaba por qué todo era tan difícil. Ahora le doy mucha importancia a esos sacrificios porque me han permitido llegar hasta aquí'.
