El Real Madrid-Barcelona que se juega en Nueva Jersey como parte de la pretemporada tuvo que ser suspendido por las condiciones climáticas.
Corría apenas el minuto 12 de la primera parte cuando el árbitro Armando Villarreal activó el protocolo ante las amenazas de una tormenta eléctrica.
El colegiado avisó a los dos equipos que el partido tenía que detenerse. Fue entonces cuando las cámaras se fueron sobre Luka Modric, quien se mostró disgustado por la rigída determinación del silbante.
Modric, que porta el gafete de capitán en el Madrid, alegó por la suspensión del encuentro: “Vamos a jugar, vamos a jugar”, le reclamó al juez con un claro gesto de descontento.
Sin embargo, el árbitro ya tenía tomada su resolución y le pidió a los jugadores que se marcharan a los camerinos.
El técnico Carlo Ancelotti también se mostró confundido por la decisión de Villarreal y los encargados del MetLife Stadium se acercaron para explicarle la situación.
