El brasileño no mostró el semblante de felicidad de siempre. Tras el partido ante Real Madrid esa personalidad se esfumó, pero se lució con buenas actuaciones a la largo del encuentro. Más allá de su golazo, huzo un par de individualidades brutales que no pasaron desapercibidas en el Parque de los Príncipes.
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En una de ellas arrancó por el centro del campo, cubrió el esférico con su humanidad y allí, en el ombligo de la cancha hizo un giro soberbio intercambiando el balón de dirección en una fracción de segundos, luego siguó evandiendo marcas. El público estremeció con la acción.
Con su tanto ante el Racing, Ney llegó a 19 goles en la liga local mientras que su compañero de camerino, Edinson Cavani alcanzó 23 tantos.
