El Real Madrid vivió una completa revolución en 2009 cuando Florentino Pérez regresó a la presidencia. El actual mandatario tiró la casa por la ventana con fichajes de la talla de Karim Benzema, Kaká, Cristiano Ronaldo, entre otros. Pero en esa ‘tormenta’ hay un crack que salió perjudicado.
El neerlandés Arjen Robben quería triunfar en el Bernabéu. Sin embargo, estos refuerzos hicieron que el jugador tomara la decisión de marcharse.
“No se trataba solo de Ronaldo. Florentino había vuelto como presidente y también había traído a Kaká, Benzema y Xabi Alonso. El club había gastado mucho dinero y me dijo que también tenía que ganar dinero. Para mí fue una pena”, recordó el zurdo en diálogo con Marca.
Y añadió: “Manuel Pellegrini (técnico de esa época) me había dicho que era importante. Además, tuve quizás la mejor pretemporada de mi carrera”.
“Me resultó difícil debido al cambio de presidente. En realidad me sentí muy cómodo en Madrid e hice buenas actuaciones. Entonces la política del club cambió. Me habían prometido que iba a ser titular y a los dos días trajeron a Cristiano y Kaká”, cuenta Robben, que terminó tomando la mejor decisión yendo al Bayern Múnich, donde se convirtió en ídolo.
“El Bayern apostó por mí, fue rápido y concreto. Me había mostrado desde el principio que absolutamente querían comprometerse. Sienta bien cuando un club grande se esfuerza tanto. Por eso me fui a Múnich”, relata.
En el conjunto bávaro, Robben armó una de las mejores duplas de ataque con Ribéry y conquistó la Champions League en 2013. Con esa camiseta disputó un total de 304 partidos, firmó 144 goles y repartió 101 asistencias.