La cábala de Luis Fernando Suárez

El primero en salir del autobús que transporta a la Selección Nacional de Honduras es Miguel Falero, luego varios jugadores y en el intermedio siempre aparece Luis Fernando Suárez.

El estratega catracho tiene por costumbre ir a sentarse a una banca, charlar con uno o varios jugadores antes de comenzar las prácticas para saber cómo se sienten y luego se separa del grupo al iniciar los trabajos.

Falero y el preparador físico Carlos Gutiérrez dan las instrucciones iniciales a los futbolistas, mientras Suárez poco a poco se aleja del plantel, muchas veces toma un balón para conducirlo y otras simplemente se cruza de brazos a observar a sus asistentes dirigir a sus pupilos.
SUS RAZONES

Según sus colaboradores, esta no es más que una forma de trabajo que lleva años implementando y que hasta ahora le ha dado resultado, ya que le permite ver cosas que muchas veces dentro del grupo no las puede percibir.

“Él obviamente cuando observa de lejos tiene una mejor percepción que cuando está metido en el grupo”, reveló Miguel Falero.

Suárez es un tipo metódico, les da libertad a los suyos para trabajar y diseñar estrategias, aunque la última palabra siempre la tiene él.
“Siempre se programan los trabajos, cada cual maneja sus responsabilidades”, dice Carlos Gutiérrez, preparador físico.

Suárez no deja escapar detalle alguno, si algo no le gusta, lo dice, detiene alguna jugada y entra en acción a corregir. “Cuando se inicia el trabajo táctico con el profesor, ya tenemos todo listo para realizarlo como él quiere, lo cumplimos a cabalidad”, enfatizó Falero. “A veces se siente más cómodo apartado mirando, que estando dentro del grupo, eso le da una visión más amplia de lo que está bien o mal”.